Existe una ley de vida que aplica magistralmente al liderazgo, especialmente en los segmentos de desarrollo personal, y es llamada “ley del rendimiento disminuido” y reza: “Cuanto más espere a hacer algo que debería hacer ahora, mayores probabilidades tiene de no hacerlo nunca”. O sea, la procrastinación te va convenciendo con el paso del tiempo, de no hacer aquello que debes, y ejerce un aplastante poder sobre tu voluntad y circunstancias. Romper con la inercia y salir de la gatera es determinante, especialmente si es Dios quien te ha llamado y requiere de ti obediencia, compromiso y diligencia. Arranca con confianza, no pienses demasiado en lo que tienes que hacer sino haz lo que estás pensando, tu fe es tu palanca, cuando Dios te reta la obediencia es la meta.

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