Muchos apostaban a que Danilo iría por un tercer mandato.
En lo que el hacha iba y venía, me propuse hacer un sondeo entre gente común y corriente: plomeros, domésticas, electricistas, choferes, manicuristas, ebanistas, jardineros. Inicié por quienes concurren en mi edificio, donde convivimos 24 familias.

Lo mismo hice en los lugares que frecuento: gasolineras, supermercados, lavandería, peluquería y luego me trasladé a un representativo grupo de empresarios y comerciantes. No de apellidos sonoros ni de abolengo.

Esos empresarios medios que no conocen al Presidente en persona, que no son invitados a formar parte de comisiones o subcomisiones.

Me sorprendí de la simpatía que despierta Danilo en este segmento de la población. Alrededor de un 80 por ciento deseaba a Danilo. No quieren a Leonel de vuelta y no se sienten atraídos por ningún representante de la oposición. ¿Y Abinader? Les preguntaba: “no termina de arrancar”, coinciden.

¿Por qué Leonel no?: “Sabemos ya de su proceder y Danilo lo ha superado”.

Entonces, ¿qué pasará ahora sin Danilo en la palestra?

Los ebanistas, electricistas, jardineros, plomeros, domésticas, valoran la ayuda que reciben del gobierno actual y las mejoras en el sector educativo y de salud. Miguelina, una doméstica, asegura que la tanda extendida le reporta tranquilidad y economía, porque su hija está estudiando mientras ella trabaja. Juan, un chofer, dice que la seguridad social le resuelve porque paga poco de consulta médica y muchos medicamentos le son cubiertos.

El grupo de empresarios, cuyos negocios tienen una empleomanía que ronda entre 40 a 50 servidores, aseguran que aunque están “hartos” de impuestos, prefieren a Danilo por temor a la improvisación que pondría en riesgo la estabilidad actual.

La mayoría concuerda en que el nivel profesional de los colaboradores de Danilo supera a los de Leonel. Que Leonel sigue rodeado de la misma gente.

La corrupción, la impunidad y la falta de seguridad sigue siendo el clavito en el zapato para el Gobierno.

Piden mayores esfuerzos para combatir la inseguridad ciudadana, la corrupción y la impunidad. Critican el hecho de que los órganos reguladores se hayan caracterizado por defender los intereses de los funcionarios de turno.

Entienden que el flagelo de la corrupción obedece a la ineficiencia de nuestra legislación a la hora de sancionar a los funcionarios que se enriquecen de manera ilícita valiéndose de sus posiciones.

Aunque ha existido por décadas, la corrupción en República Dominicana se ha incrementado de manera alarmante en las últimas tres décadas y el pueblo advierte indiferencia y permisividad de parte de los organismos competentes para combatirla.

La incertidumbre de la reelección desapareció luego del anuncio del presidente Medina dando paso a una interrogante: Sin Danilo en la palestra ¿qué sucederá?

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