Triste y conmovedor el panorama que vive el pueblo de Haina y la comunidad de Quita Sueño, ambos municipios pertenecientes a la provincia de San Cristóbal, con la muerte de 13 de sus ciudadanos y unos 17 heridos que dejó como resultado el aparatoso accidente de tránsito que se produjo el miércoles 29 de noviembre entre una patana y un minibús de pasajeros de la ruta 66 de los que montan treinta, por lo regular, y siempre van llenos, muchos hasta la puerta.

Este jueves en la noche la parroquia San Agustín, la principal del municipio de Haina, realizó una misa en memoria de los fallecidos a la que asistieron los familiares, autoridades, dirigentes políticos y comunitarios de la zona en donde se resaltaba la gravedad del impactante hecho que tiene como viviendo una pesadilla a los ciudadanos de la localidad,muchos de los cuales aún tienen personas desaparecidas que no se encuentran en ninguno de los lugares que frecuentaban.

El jueves 30, en horas de la noche, se sacó de entre los escombros otro cuerpo con la ayuda de perros rastreadores, que se presume es del chofer del minibús hasta que con el estudio de las pesquisas se determine la identidad de las osamentas encontradas.

La Plazoleta Duarte, en el centro del pueblo, fue el lugar escogido por los familiares y comunitarios para encender velas en recordación a los fallecidos, la mayoría de los cuales se trasladaban, en dirección oeste a este, a sus centros de trabajo y de estudios y a quienes la vida les cortó todos sus sueños y el deseo de compartir otra navidad con su familia, que ya está muy cerca.

Del conductor de la patana solo se dice que se encuentra en la Casa del Conductor y sabido por la ciudadanía que de acuerdo con la Ley 63-17 de Tránsito y Transporte Terrestre la pena máxima que le tocaría a ese conductor es tres años de prisión si el poder de los sindicatos de vehículos pesados no se impone y lo guardan solo por unos meses hasta que el caso haya salido de las páginas de los medios de comunicación.

Cuando suceden hechos de esta naturaleza es que la población se da cuenta de que salir a las calles es un verdadero peligro, en especial por el desplazamiento de patanas y vehículos pesados sobrecargados de lo cual tienen responsabilidad las empresas que exponen a sus conductores y a los demás usuarios de las vías a sufrir en cualquier momento un accidente de tránsito por ganar dinero más rápido colocando un peso mayor que el que esos vehículos están acostumbrados a llevar.

A pesar de que la avenida de Circunvalación fue hecha como una forma de que los vehículos pesados transiten por ella para desahogar un poco la vieja carretera Sánchez los conductores de vehículos pesados prefieren arriesgarse y a los demás choferes y seguir transitando por el medio del pueblo luego de cruzar el puente Troncoso a pesar de que esa vía no está en buenas condiciones, ni tiene las señales correspondientes, Es una pendiente de Quita Sueño a la Pared, posee curvas muy peligrosas, no tiene protección en sus entornos, se encuentra a oscuras y la falta de vigilancia de los vehículos de asistencia vial del Ministerio de Obras Públicas que en anteriores gestiones no dejaban de vigilar las principales vías de todo el territorio nacional.

En Haina las autoridades deben intervenir cuanto antes esa zona elevada, cual si fuera una loma, en la que casi a diario se producen accidentes de tránsito según han denunciado los moradores y las propias autoridades del municipio.

La falta de previsión del Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (Intrant) y de la Dirección General de Seguridad del Tránsito y Transporte Terrestre(Digesett) hace que los peatones en Haina tengan que cruzar las vías corriendo con lo que se exponen a que cualquier vehículo los atropelle en muchos tramos principales en donde no hay semáforos ni existen agentes de tránsito.

Es deprimente observar que los estudiantes de Calle al Medio tienen que tardar hasta quince minutos y más para cruzar la vía que pasa frente al liceo por la falta de un semáforo o de varios agentes de la Digesett para que ayuden a los estudiantes a pasar al otro lado de la muy transitada y angosta calle de dos carriles.

El duelo de Haina, que se ha establecido por dos días debería ser nacional por la magnitud de esa tragedia que mantiene triste a una comunidad laboriosa y que por falta de empleos en su localidad se tienen que trasladar a la capital y muchos de sus ciudadanos arriesgan cada día su vida en pequeñas guaguas que se desplazan a gran velocidad aunque, en este caso, lamentablemente el minibús estaba parado cuando la mano del conductor de la patana no pudo detener el vehículo que al parecer perdió los frenos o el conductor se durmió, algo dirá, cuando lo interroguen, pero nada devolverá a sus familiares los seres que ya se han ido a destiempo.

Dios les proporcione el consuelo necesario a esas familias que no creen todavía que es realidad la crudeza con que la vida les arrebató a los suyos a solo unas semanas del gran desplome de la pared en la 27 de Febrero que dejó sin vida a nueve personas y a varios heridos. Que el Todopoderoso tome el control de esta nación y no permita una tragedia más.

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