El dato ofrecido por el director general de Impuestos Internos, Magín Díaz, acerca de los niveles de evasión en los dos principales impuestos del sistema tributario dominicano, el ISR y el ITBIS, presenta, en cierto modo, un panorama desconcertante. También preocupante.

Que se revele o informe que los niveles de incumplimientos en el impuesto sobre la renta, en empresas y personas físicas, supera el 60%, y que en el caso del impuesto a las transferencias de bienes industrializados y servicios (ITBIS), pasa del 42%, plantea un escenario de inequidad tributaria muy profundo. Refleja una desigualdad en el cumplimiento de las obligaciones impositivas muy arraigada, cual si tuviera ya categoría de “cultura” de incumplimiento tributario.

Es harto conocido que los impuestos no son una diversión, ni una tarea agradable. Etimológicamente, significa que es un pago que el Estado impone a los ciudadanos y a las empresas. Son una contribución que se le carga a los contribuyentes para financiar iniciativas que benefician a la colectividad, y que solo pueden ser servidas bajo ese alcance desde el Estado. Educación, Salud, Seguridad, infraestructuras viales, son algunos de los servicios que se citan para justificar aplicación y cobro impuestos.

Aceptada o no la justificación, la realidad es que una vez establecido un impuesto, su pago es un deber para todo el que la ley define como contribuyente obligado del tributo. Incumplirlo bajo cualquier mecanismo ilegal, es simplemente evasión. Y la evasión es un irritante comportamiento que, en ocasiones, se utiliza hasta como mecanismo de competencia desleal entre empresas de un mismo ramo.

No es igual facturar un producto o servicios, por ejemplo, sin ITBIS que con el 18% de ese tributo incluido. El que no lo incluye, tiene una ventaja muy amplia sobre el competidor que cumple con su obligación tributaria. Pero la evasión criminal no se produce ahí, sino en cobrarle el impuesto al consumidor y no entregarlo a la Administración Tributaria.

La exposición del director de la DGII, hecha ante los industriales de Herrera y la provincia Santo Domingo, fue dirigida a presentar “el ataque frontal a la evasión” que ejecuta la Dirección General de Impuestos Internos, y que según el funcionario ha cambiado sustancialmente el perfil recaudador de figuras como el Impuesto sobre la Renta de las empresas y selectivos de hidrocarburos y alcoholes. Pero, también mostró que todavía hay mucho espacio en poder de la evasión.

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