Prestamos pinceladas al maestro y jurista Emilio Aquino Jiménez, quien nos habla sobre la enorme responsabilidad que tiene el “Maestro”:

La obligación de cada ser humano es cumplir con la responsabilidad que le ha tocado enfrentar. Una de las obligaciones más importantes con la que nos podemos enfrentar es la de transmitir conocimiento a través del intercambio de experiencias. El pasado 30 de junio se conmemoró en la República Dominicana el día del maestro, una celebración que al igual que muchas otras es aprovechada por una sociedad de consumo para olvidar la finalidad que realmente persigue la fecha.

República Dominicana conmemora la fecha en honor al nacimiento de quien ha sido considerado un maestro en la política y la literatura dominicana, el profesor Juan Emilio Bosch y Gaviño. Sin embargo, con la fecha se hace honor a una de las actividades más nobles que tiene cualquier sociedad, el servicio de aportar experiencia y conocimientos para ser compartidos con las futuras generaciones, a fin de que la experiencia acumulada sea un elemento fundamental en el desarrollo de la sociedad.

La sociedad actual enfocada en el desarrollo de las tecnologías no podrá prescindir por más inteligencia artificial que tengamos del rol del maestro como pieza fundamental del desarrollo humano. Los países nórdicos son ejemplos claros de que solo con inversión en la formación de maestros, pagos de salarios adecuados y las escogencias de perfiles idóneos para la enseñanza, se puede hablar de cambios sociales significativos. Finlandia, Noruega, Suecia y Dinamarca, representan los países con mayor inversión en educación, pero sobre todo con un gran respeto social para el maestro, que, con buenos salarios, también tienen la oportunidad de una jubilación digna.

Se trata de una inversión que debe estar acompañada de unos perfiles claros sobre la función del maestro, dado que la capacitación en contenido es, quizás, la menos relevante en la capacidad que debe reunir un maestro. Contenidos es lo que sobreabunda con el desarrollo de las tecnologías de la educación e innovación, por eso muchos más importante es la transmisión de valores y principios éticos al niño, joven y ciudadano del futuro.

En la comunicación de esos principios y valores éticos es determinante el rol del maestro, por eso el perfil idóneo que permita ofrecer a los futuros empresarios y profesionales unas condiciones éticas que potencie el factor humano por encima de lo económico, solo se puede ofrecer lo que tiene. Al seleccionar quién o quiénes serán los maestros de nuestros niños, adolescentes y ciudadanos, es imprescindible buscar esos perfiles que impacten en el plano teleológico a los ciudadanos.

Para contrarrestar ese afán desmedido en la búsqueda del “éxito” a cualquier precio, la función del maestro debe ser valorada como lo que es, ese ser humano que se preocupa por las condiciones morales y éticas de las personas que se cruzan en su sacerdocio para compartir experiencias.

Yo estoy haciendo la parte que me toca, aunque como el colibrí que intenta apagar el fuego del bosque sepa que él solo no lo lograra, sigue haciendo la parte que le toca. De la forma que entendamos la función de maestro, dependerá el progreso de la nación, ¿Y tú, estás haciendo tu parte?

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