Santiago de Chile.- La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) destacó el valor de las semillas en varios proyectos sostenibles que se están llevando a cabo en Latinoamérica y subrayó el trabajo de las comunidades, con sus prácticas ancestrales, en la promoción de la agrobiodiversidad.

“Muchas comunidades han logrado ingeniosas adaptaciones en sus medios de subsistencia, relevando la importancia del desarrollo colectivo sobre la base de los saberes locales”, explicó este miércoles la oficial de Agricultura de la FAO para Latinoamérica, Ana Posas, en el seminario virtual “No hay buenos cultivos sin buenas semillas”.

Posas exaltó, asimismo, el trabajo de las comunidades en “la promoción del respeto y del resguardo de prácticas ancestrales” y la recuperación de la agrobiodiversidad a través de las “semillas patrimoniales, para tener una mejor producción y un mejor medioambiente”.

El encuentro virtual, en el que también se revisaron las leyes y reglamentos en los que se enmarcan los usos y aplicaciones de las semillas, mostró experiencias como la de Perú, donde en varias regiones se está implementando un proyecto con financiamiento del Fondo Mundial para el Medio Ambiente, que ha permitido conservar 226 plantas nativas de 10 cultivos en riesgo.

Una iniciativa nicaragüense ha permitido incrementar la disponibilidad de semillas para la agricultura familiar a través de bancos comunitarios de semilla que permiten contar con reservas para la producción de granos para el autoconsumo y venta de excedentes. Según el recuento de la FAO, actualmente existen 100 bancos comunitarios que agrupan a aproximadamente a más de 750 familias.

En Chile, el proyecto Sistemas Importantes de Patrimonio Agrícola Nacional (SIPAN), promovido por el Ministerio de Agricultura junto a la FAO y financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial, ha permitido impulsar el resguardo del patrimonio agrícola y la conservación de variedades y prácticas tradicionales, saberes y sabores locales. Un ejemplo de ello es el Catálogo de Semillas Tradicionales del Pueblo Mapuche, que se lanzará próximamente.

Finalmente, en Venezuela se llevaron a cabo varias acciones orientadas a incrementar la participación de familias agricultoras en la producción artesanal de semillas. Hasta la fecha, según el organismo internacional, se han fortalecido las capacidades técnicas de más de 1.900 personas y se ha ofrecido el acompañamiento técnico para la siembra de más de 1.500 hectáreas de semilla de maíz.

La reunión, que contó con la participación del oficial de Agricultura y encargado del Desarrollo del Sector Semillas de la FAO en Roma, Wilson Hugo; y de la líder del Programa Regional de la FAO para América Latina y el Caribe, Maya Takagi; además de productores de los distintos países, también dedicó un espacio al proyecto +Algodón, que este año conmemora sus 10 años.

Fruto de la cooperación entre el Gobierno de Brasil, la FAO y siete países socios (Argentina, Bolivia, Ecuador, Colombia, Haití, Paraguay y Perú), la iniciativa ha trabajado con más de 9.700 familias y 2.400 técnicos para rescatar semillas e incrementar la producción y comercialización sostenible del algodón, a través de una red regional de más de 100 instituciones del sector público y privado.

Tras el encuentro, la FAO concluyó que mejorar los cultivos y el suministro de semillas de alta calidad “es un seguro para garantizar una mejor producción de alimentos y satisfacer los crecientes desafíos ambientales”. EFE

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