El tripartidismo ha sido el modelo de participación política más afianzado en la era democrática del país, pues su ciclo duró más de 20 años (1982-2004) y el bipartidismo el periodo más prolongado ha sido 16 años (2004-2020). El Análisis toma como parámetro el 1978 y de ese año al 1982 ocurrió un solo periodo y estuvo dominado por el dos partidos, el PRD y el PRSC.

El 2020 dejará al país un nuevo ciclo político partidista pues todo apunta a que volverá el escenario de tres fuerzas políticas que gravitarán en los acontecimientos políticos como ocurrió desde el 1982 hasta el 2004. La disrupción del escenario ocurre tras la salida del expresidente Leonel Fernández del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y su nuevo partido, Fuerza del Pueblo (FP) que compartirá el electorado con el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y el Partido Revolucionario Moderno (PRM).

El resultado de las elecciones municipales, son un indicativo de que ese acontecimiento político generó una nueva realidad, pues por primera vez desde el 2004, el oficialista PLD pierde unas elecciones. De cara a las elecciones congresuales y presidenciales del 5 de julio, Fernández y el bloque de partidos que lo apoyan hicieron una alianza con el PRM para 23 senadurías, mientras que la eliminación del arrastra para el voto congresual facilita que ese partido pueda obtener una cantidad importante de diputados.

Ahora, un escenario tripartidista cobra más importancia que hasta el 1996 debido a que el sistema de doble vuelta para ganar la Presidencia le da gran relevancia al partido que decide quién gana y quien pierde unas elecciones. Actualmente, todo apunta a que habrá una segunda vuelta electoral pues ninguno de los competidores cuenta con el 50% más uno de los votos para ganar.

La primera vez que la importancia de una fuerza política de tercer lugar se puso en evidencia fue en el 1996 cuando el PLD quedó en el segundo lugar y ganó con el apoyo de PRSC que logró el 15% de los votos en esas elecciones. Para la segunda vuelta esa alianza ganó al PRD que había alcanzado 46% de los votos en la primera vuelta y en la segunda llegó a 48%. Fue la primera vez que Leonel y el PLD llegaron al poder al ganar con el 51%.

En el periodo 1982-2000, el escenario electoral se distribuyó entre el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) y el Revolucionario Dominicano (PRD), mientras el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) como fuerza política en crecimiento. El PLD, aunque fue fundado en el 1973, en las elecciones del 1978 obtuvo apenas 18 mil votos para un 1%, pero en el 1982 creció a un 9% y en el 1986 logró una votación de 18%. La importancia del PLD como tercera fuerza en ese momento no era determinante pues no existía el sistema de doble vuelta y se ganaba con mayoría simple.

Para las elecciones del 1990, el PLD logró competir con el PRSC pues la división del PRD colocó al creciente partido en la segunda posición y el partido blanco con José Francisco Peña Gómez como candidato cayó al tercer lugar con un 23%. En el 1994, el PLD volvió al tercer lugar y alcanzó 13% de los votos. Pero la importancia de la tercera fuerza político comenzó a gravitar en el escenario y de hecho, los dirigentes del PLD José Ramón (Monchy) Fadul, Norge Botello y Danilo Medina, ocuparon la presidencia de la Cámara de Diputados por un acuerdo con Joaquín Balaguer y el PRSC.

Hasta el 2012, el PRD y el PLD polarizaron el escenario. Con la división del PRD nació el PRM y es quien se ha adueñado del escenario de oposición.

Tradicionales salen del escenario y llegan nuevos

Hace 24 años el PLD era el partido novedad en el escenario electoral, pues aunque tiene 45 años de fundado le tomó 23 llegar al poder. Ahora el PLD es el partido más tradicional con gran incidencia en la política del país, pues los que dominanron en el escenario desde el 1966, el PRD y el PRSC, tienen poca incidencia electoral. El PRSC inició su declive en el 1996. El PRD se disminuyó más rápido bajo liderazgo de Miguel Vargas desde el 2013 por la crisis interna de la que nació el PRM, que creció a cosa de la disminución del PRD.

Balance positivo por más equilibrio en el poder

La reconfiguración del sistema de partidos políticos del país representa una redistribución del poder que se obtiene a través de las elecciones. Ya de entrada redujo el control del PLD sobre las alcaldías, pues esa organización tiene 42 ayuntamientos menos. Es evidente que ese partido también perderá parte del control que tiene en el Congreso por los acuerdos entre los partidos de oposición. Eso se traducirá en menor poder para el PLD en otros órganos del Estado como la selección de jueces y miembros de la JCE.

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