¿A qué te comprometes este 8 de marzo?

Uno de los países que celebra con más bombos y platillos el Día Internacional de la Mujer es Rusia. Tiene tal repercusión que hasta se considera día feriado. El pasado 8 de marzo del 2016, el presidente ruso Vladimir Putin expreso: “Las mujeres&#82

Uno de los países que celebra con más bombos y platillos el Día Internacional de la Mujer es Rusia. Tiene tal repercusión que hasta se considera día feriado. El pasado 8 de marzo del 2016, el presidente ruso Vladimir Putin expreso: “Las mujeres nos dan la vida, nos alientan con su amor, apoyo y cuidados. Precisamente en la mujer, en su dignidad y compasión, se manifiesta la verdadera alma de Rusia”.

No obstante las emotivas palabras, aproximadamente un año después, el 8 de febrero del 2017, Rusia despenalizó la violencia contra la mujer. Bajo la nueva ley la violencia machista es considerada una falta administrativa, siempre y cuando la víctima no haya sufrido “daños graves” como moretones, y que el agresor no sea reincidente dentro del plazo de un año. Si el agresor violenta una segunda vez dentro de un periodo de doce meses, la falta se convierte en un delito penal.

Desgraciadamente, la ley fue una iniciativa de dos mujeres diputadas y de dos mujeres senadoras lo que demuestra las graves consecuencias de la misoginia internalizada. Las celebraciones efusivas combinadas con las leyes arcaicas representan un caso interesante que demuestra la disonancia cognitiva de una sociedad entre sus alabanzas a las mujeres los días 8 de marzo y sus actitudes hacia los derechos de la mujer todos los demás días.
¿Y la sociedad dominicana? ¿Qué haremos este 8 de marzo?

Mucha gente cree que el 8 de marzo es una “celebración a la mujer” que amerita andar por la calle diciéndole “¡Felicidades!” a las mujeres y niñas, como si acabásemos de ganar un concurso. Me pregunto, ¿qué es lo que estamos celebrando?

¿Que el año 2016 cerró con 78 feminicidios? ¡Sin contar la cantidad exponencial de mujeres y niñas que fueron violentadas, pero afortunadamente, no llegaron a muerte! ¿Que la República Dominicana esté entre los cinco países de América Latina y el Caribe que tiene la tasa más alta de embarazos en adolescentes? ¿Que el día tres de marzo la estudiante de Derecho Lisdalfy Morrobel murió por causa de un embarazo que era incompatible con su vida, y ni la ley ni el Estado intervinieron para salvarla? ¡Y como ella hay tantas más! ¿Qué estamos celebrando? ¿Que según la Encuesta Enhogar del 2016, el 60.9% de quienes egresan de universidades son mujeres y, aun así, representan un 67.7% de las desempleadas? ¿Que las mujeres cobran, en promedio, 19% menos que los hombres por igual trabajo? ¿Qué somos el 49% de la población y sólo representamos el 28% de los cargos legislativos?

Necesitamos menos discursos de esos que se repiten cada 8 de marzo, celebrando a la mujer tierna y abnegada, y más compromiso social no solo “de las autoridades”, sino de todas las personas que alegan amar a las mujeres un día como hoy.

A ti que piensas felicitar a las mujeres “en su día” te pregunto: ¿a qué te comprometes este 8 de marzo? Convirtámonos en agentes de cambio contra la cultura machista. Eduquemos en igualdad a todos los niños y las niñas. Empoderémonos y aboguemos diariamente contra la desvalorización social, política y económica de las mujeres, como si fuese un caso de vida o muerte, porque definitivamente lo es.

Con un compromiso inquebrantable que involucre a toda la sociedad, seas chofer de carro público o legisladora, seas caminante en marchas verdes o presidente, seas padre de una recién nacida o de una congregación religiosa, podremos celebrar a la mujer; no sólo a las que están, sino a todas las que vendrán después.

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