Santiago. Un pequeño local de la iglesia evangélica fue convertido en escuela para brindar educación a 125 niños de nacionalidad haitiana y dominicana en el barrio Miraflores II al Norte del municipio.

La iniciativa es del pastor Harris Judes, para prevenir que los niños puedan ser víctimas de la explotación o utilizados como mula del narcotráfico. Aunque en condición de estrechez, cuatro maestros utilizan el angosto lugar, cuyas aulas quedan separadas por las pizarras para impartir clases de francés, español, inglés y creole.

“Una vez vi un niño que era utilizado para llevar drogas y me dije que no quería ver a otros que les pase lo mismo y me dispuse a trabajar en brindarles educación” explicó Judes, quien lleva ya 18 años residiendo en la República Dominicana.

Hasta ahora recibe donación de una persona, mientras los maestros que ofrecen docencia, también pertenecen a la iglesia evangélica y toman parte de su tiempo para educar a niños de escasos recursos económicos.

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