La formación del Movimiento de Liberación Dominicana, que permitió la unidad de un importante grupo de luchadores antitrujillistas, marcó el principio del fin de la tiranía de Rafael Leonidas Trujillo Molina.
Forjado al calor del triunfo de la revolución cubana, en enero de 1959, decenas de dominicanos y voluntarios de otros países se reunieron en Cuba para participar en un viaje de vida o muerte por la libertad de un pueblo oprimido durante 29 años. Estaban muy conscientes de los riesgos que implicaba enfrentarse a una dictadura cohesionada, y una población alienada por la propaganda y la opresión.
En esa circunstancia, los primeros expedicionarios partieron en dos lanchas que desembarcarían en Maimón y Estero Hondo, pero llegaron con un retraso de seis días por problemas en las naves. ¿Sabotaje o fallas? Los estaban esperando y fueron masacrados, asesinados unos de inmediato o víctimas de torturas después, ya detenidos. Otro grupo aterrizó en Constanza en condiciones mínimas adecuadas, pero quedaron inmediatamente bajo el asedio de las huestes militares y voluntarios campesinos.
De los 196 expedicionarios sólo sobrevivieron 6, los dominicanos Gonzalo Almonte Pacheco, Francisco Medardo Germán, Poncio Pou Saleta y Mayobanex Vargas, y dos cubanos, Delio Gómez Ochoa y el jovencito Pablito Mirabal.
Si bien la gesta del 14 de junio fracasó como movimiento militar y político, sus propuestas a favor de las transformaciones económicas, sociales y políticas, que esencialmente buscaban restaurar la democracia conculcada y devolverles la libertad a los dominicanos, empezaron a calar en la conciencia dominicana.
La llegada de los expedicionarios, los fusilamientos y vejámenes a que fueron sometidos despertaron muchas conciencias. En efecto, un grupo de jóvenes recogió sus banderas y constituyeron el Movimiento Revolucionario 14 de Junio, que vendría a dar continuidad a los ideales de libertad. Sus líderes también sufrieron el acoso y la persecución de la dictadura. Las hermanas Mirabal fueron asesinadas cuando precisamente se encendía la llama la libertaria. Su sangre dolorosamente abonó esa lucha que tanto ha costado a los dominicanos.
Hoy, cuando se cumplen 54 años de aquel sacrificio, queremos honrar el nombre y la memoria de esos héroes.
