En Barahona amenazan con hacer huelga para que Danilo cumpla promesas

Los residentes en Los Arroyos del municipio de Polo de esta provincia, están a la espera del complacimiento de las promesas hechas por el presidente Danilo Medina y el ministro de Obras Públicas, Gonzalo Castillo, sobre la construcción  las viviendas que fueron destruidas y parcialmente afectadas, a causa de los desbordamientos de ríos y cañadas, producto de las lluvias que cayeron en la zona el pasado mes de abril.

Calle de Los Arroyos, del municipio de Polo, Barahona
Calle de Los Arroyos, del municipio de Polo, Barahona

Barahona.-  Los residentes en Los Arroyos del municipio de Polo de esta provincia, están a la espera del complacimiento de las promesas hechas por el presidente Danilo Medina y el ministro de Obras Públicas, Gonzalo Castillo, sobre la construcción  las viviendas que fueron destruidas y parcialmente afectadas, a causa de los desbordamientos de ríos y cañadas, producto de las lluvias que cayeron en la zona el pasado mes de abril.

Todavía allí permanecen destruidos los caminos vecinales y seriamente afectado el tramo vial que conduce desde Los Arroyos al pueblo de La Q, así como escombros acumulados en  las calles, frente y patios de varias viviendas.

«A  pesar de las promesas del mandatario y Gonzalo Castillo cuando visitaron la zona afectada de que enfrentarían de inmediato la penosa situación, en que  también prometieron ayuda a  las familias que perdieron sus pertenencias, hasta el momento se ha hecho muy poca cosa», dijo el comunitario Fernando Feliz.

Como medio de presionar para que sean cumplidas las mencionadas promesas, en ocasiones los comunitarios han amenazado con desarrollar huelgas y protestas, lo que interpretan como un compás de espera para ver si las autoridades reaccionan y toman en serio el asunto.

«Advertimos  a las autoridades del Gobierno en la zona que si continúan de brazos cruzados por más tiempo, nos veremos forzados a lanzarnos a la protesta violenta en las calles de Los Arroyos y la parte céntrica de Polo. Ya se nos está rebosando la copa de la paciencia», coincidieron lugareños.

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