A los dos hombres recientemente implicados en el asesinato de la joven de Higüey, Wilma Teresa Martínez Barrientos, le dictaron ayer un año de prisión preventiva.
En Higüey están presos Ramón Sabino Romano y Porfirio Báez (El Amarillo), que es el esposo de Erika Díaz, quien confesó que junto a su medio hermana Crismeily Guerrero mató a la joven Wilma Teresa.
A Sabino Romano supuestamente lo contactó Crismeily por recomendación de su esposo, que está preso, para que le cortara la cabeza a la joven de 27 años, un día después de que la estrangulara y abandonara el cuerpo en unos matorrales de la carretera El Seybo-Miches.
De acuerdo con el procurador fiscal de Higüey, Lucas Pérez, Crismeily confesó que por ese hecho le pagó 100,000 pesos a Sabino Romano. “El móvil principal fue el robo. Tenemos rastreadas las llamadas donde Crismeily le contó a su hermana que le planteó a su amiga Wilma hacerle un despojo para liberarla de una brujería”, expuso.
El equipo de investigación recuperó parte de las prendas de oro que las medio hermanas habían robado a la detenida y que empeñaron en una compraventa por RD$50,000.
De acuerdo con las confesiones obtenidas por la Policía, Wilma permitió que la amarraran de pies y manos y la amordazaran porque Crismeily le advirtió que las convulsiones serían muy fuertes. Después de amarrarla, la estranguló en su propia casa en el sector de Luisa Perla, el día ocho de julio.
El padre de la joven, José Martínez, indicó que los padres del niño de siete años y de la bebé de ocho meses de su hija se han encargado de cobrar el dinero de la renta que produce el edificio de Wilma Teresa.
El esposo de Wilma, el suizo Jim DiFrisco, vendrá al país el lunes próximo para participar del funeral. Todavía no le han entregado el cuerpo a la familia, continúa en investigación en San Pedro de Macorís.
