El Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI) anunció que los trabajos de ampliación de la capacidad de la presa de Sabana Yegua están terminados, listos para ser inaugurados. Una buena noticia, y con la misma suponemos que la capacidad de regulación de las aguas sobre el río Yaque del Sur será mayor, lo que tendrá un impacto positivo en la cuenca baja del mismo, una de las más vulnerables del país. Con los trabajos la cota de la presa, que era de 406.1 metros de altura, fue elevada a 412.0 metros.
Pero sabemos que esa situación no es suficiente para manejar las crecidas del río Yaque en la temporada ciclónica, toda vez que varios afluentes importantes desembocan en su cauce debajo de esa presa, como el río San Juan y sus afluentes. Por eso precisamente está en carpeta el proyecto Monte Grande, para aprovechar las aguas que se van al mar y que son la desgracia de la gente que vive en la zona. Por cierto, los trabajos en Monte Grande están paralizados. Igual están abandonados los proyectos de remediación en las zonas más críticas.
Precisamente ayer, vecinos de Jaquimeyes, provincia Barahona, interrumpieron el tránsito en la carretera Azua-Barahona en reclamo de que se activen las obras en el proyecto de derivación de Canoa. Temen una crecida que los inunde, como siempre.
Igual están abandonadas obras como un dique de contención entre Uvilla y Tamayo, para evitar que las aguas del Yaque barran la carretera y terminen en el lago Enriquillo, y que provocarían una tragedia de imprevisibles consecuencias. Lo mismo pasa con la reparación de la toma del canal de Mena, o canal Trujillo.
Es decir, que todo el proyecto de remediación de inundaciones aguas abajo de Monte Grande está en el olvido. ¡Qué suerte la de ese valle! Y como estamos en temporada de lluvias, con todo y su letargo, la gente empieza a inquietarse.
