Actitudes

Más vale caer en gracia que ser gracioso, se dice. Ciertamente la actitud puede valer más que la aptitud. Por ejemplo, un estudio de la Universidad de Misoouri  en un bar de solteros, halló que mujeres de atractivo promedio que hicieron…

Más vale caer en gracia que ser gracioso, se dice. Ciertamente la actitud puede valer más que la aptitud.

Por ejemplo, un estudio de la Universidad de Misoouri  en un bar de solteros, halló que mujeres de atractivo promedio que hicieron abundantes gestos de perceptible coquetería,  captaron mucha más atención masculina que aquellas más bonitas pero cuyo lenguaje no verbal no comunicaba seducción.

Nuestros políticos son paradigmas del valor de la actitud, empezando porque todos, hombres o mujeres, se sienten suficientemente buenos para ser presidente.

Proyectan ser personas de alta autoestima, que insisten en sus fortalezas sobre cualquier incompetencia. No aciertan como dirigentes de la nación, pero sus indómitos espíritus merecen absoluto elogio e imitación. l

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