En Alma Rosa I esperan el arreglo de drenaje pluvial

Residentes de la calle José Cabrera esquina 12 esperan que el cabildo de Santo Domingo Este cumpla la palabra empeñada y resuelva el problema del drenaje que causó la muerte de dos personas.

Residentes de la calle José Cabrera esquina 12 esperan que el cabildo de Santo Domingo Este cumpla la palabra empeñada y resuelva el problema del drenaje que causó la muerte de dos personas.“El señor Juan López vino aquí antes de Semana Santa y se comprometió a que después que pasara la Semana Santa vendrían a resolver este problema, pero todavía aquí no ha venido nadie”, afirmó María Santos, quien señaló que han transcurrido varios días desde que el funcionario se comprometió con la comunidad por lo que se verán obligados a movilizarse otra vez.

“Ellos vinieron y rastrillaron eso, limpiaron ese solar, pero el problema de nosotros, es el drenaje, es la calle que cuando pasan los vehículos levanta la polvareda y se inunda cuando llueve”, afirmó Fiordaliza Then, mientras mostraba las mercancías cubiertas por el polvo, en su colmado.

El tramo de la calle se encuentra cubierto de piedras para obligar a los conductores a circular a menor velocidad.

El problema es politizado

Al ser consultado vía telefónica por elCaribe, el secretario general del ayuntamiento de Santo Domingo Este, Juan López, dijo que no se dejará chantajear por algunos residentes del lugar, a quienes calificó como “perredeístas” que quieren sacar provecho político de la situación.

“Nosotros tenemos la decisión de resolver el problema del municipio entero, porque esa es una parte muy pequeña, pero mientras esos perredeístas estén chantajeándonos no lo vamos a resolver”.

Afirmó que durante su visita algunos miembros de la junta de vecinos le amenazaron con quemar gomas e incidentar la situación.

El funcionario no explicó cuando iniciarían los trabajos. Sin embargo, expresó que la obra fue presupuestada por el Cabildo que preside Juan de los Santos.
Cada vez que llueve la calle José Cabrera esquina 12 se convierte en una enorme laguna que inunda viviendas y negocios por la falta de drenaje que facilite la salida del agua.

La situación ha provocado que en menos de un año perdieran la vida Edward Díaz y Tomás Tejeda, éste último succionado por un filtrante hace poco más de un mes.

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