Amigos con derecho

Las reglas son claras: Los “Amigos con derecho” no hablan de nosotros, pues lo plural en la acepción de pareja, en este caso no existe, como tampoco existe el futuro en cuanto al tiempo, ya que se vive el presente,…

Las reglas son claras: Los “Amigos con derecho” no hablan de nosotros, pues lo plural en la acepción de pareja, en este caso no existe, como tampoco existe el futuro en cuanto al tiempo, ya que se vive el presente, y la idea es satisfacer las necesidades del aquí y del ahora: “A lo que vinimos”.Estos “amigos”, se asumen con los compromisos emocionales y económicos de los amantes, ni con las obligaciones afectivas e informativas de los novios. 

Es una realción en la que ambos andan libres, sin ataduras. “Una pérdida de tiempo”, “un peligro”, “dañino”, “divertido”,  son, entre otros, los calificativos que recibe la relación entre dos personas en la que no media el mínimo compromiso sentimental, sino el sexo olímpico, puro y simple.

Es tan así que pasan por alto la sentencia de Génesis 1:28 de frutificad, preñad y multiplicaos,  por lo que no es de dudar que los “Amigos con derecho” están fuera de la gracia de Dios.  Pero en un mundo que anda “patas arriba” (y no precisamente en posición del misionero), el placer está en el pecado y… el pecado en el último piso, pues ¿quién querría casarse hoy día cuando son más los que acuden al juez para gestionar un divorcio que para firmar el libro de casados?

Tema tabú a la hora de opinar sobre su preferencia o no, pero cada vez más común y practicado en todos los estamentos de una sociedad que se retrata en la hipocresía, cuando de moral sexual se refiere.

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