Árbitros de voleibol con gran presencia

El nivel que muestra el voleibol femenino, y en algún que otro momento el masculino, los convierte en un gran foco de atención. Pero sin dejo de humildad, otro sector del voleibol en el país también gana su espacio a nivel mund

El nivel que muestra el voleibol femenino, y en algún que otro momento el masculino, los convierte en un gran foco de atención. Pero sin dejo de humildad, otro sector del voleibol en el país también gana su espacio a nivel mundial.El inicio del año 2000 trajo consigo el paulatino progreso de un grupo de jóvenes, que hoy, algo más adultos, prestigian la presencia dominicana en el arbitraje mundial.

Dennis Céspedes Lassy, Yury Rafael Ramírez Ortiz y Juvenal Collado encabezan una clase de jueces de alto nivel, que ya han tenido una gran presencia en importantes eventos internacionales, mucho más allá de la región. El grupo lo engrosan Julio Martínez, Juan Ruiz y Sandy Valdez.

Los inicios, como es lo tradicional, se debaten en la cancha como jueces de línea. Así comenzaron todos. Hoy son los que deciden partidos tan significativos como una final, ya sea en masculino o femenino, en unos Juegos Panamericanos, hecho que viene ocurriendo ya sea en el voleibol de sala como en el de playa.

“Nosotros hemos crecido”, manifestó Ramírez. “Porque hemos estado -explica- a nivel de copas del mundo, mundiales, grandes premios, clasificatorios olímpicos, torneos Norceca”, entre otros. Ambos agradecieron la labor del presidente de la Confederación Norceca, Cristóbal Marte, pues también ha permitido que se amplíen las puertas.

Y es que mientras para otros, jugar es una devoción, para estos actores intermedios del deporte, hay algo de eso o más allá. “Es una pasión, totalmente”, manifestó Collado. “Esto es algo que ya viene con uno”, agregó Ramírez, quien se inició como árbitro nacional con funciones de juez de línea en 1985 y se hace árbitro auxiliar en los Juegos Deportivos Nacionales de La Vega, en 1990.

Juego para el recuerdo

Como cada atleta mantiene en mente un partido que no puede olvidar, lo mismo ocurre con los que administran un partido. Yury recuerda la final por el oro femenino en los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro 2007. Cómo olvidarlo. Se trataba de las reinas del sur y las reinas del Caribe, Brasil contra Cuba.

“El estadio fue el Maracanãzinho; estaba repleto con 35 mil personas. El juego era a las 8:00 p.m. y ya desde las 4:00 p.m. había gente en la zona”, recuerda Ramírez. “Fui como árbitro principal, el juego se fue a cinco sets y todos por encima de los 25 puntos”, excepto el final que se fue 15-12 para las cubanas. “El tercero terminó 32-30 y el cuarto 29-27”, expresó.

“Lo recuerdo porque fue tan emocionante; porque todos los fanáticos vestidos del mismo color, verde y amarillo. Fue un buen partido porque el que perdió nos felicitó y nos dijo ‘muy buen partido, aunque perdimos”. Queda como una verdad plasmada en el deporte, que el equipo perdedor nunca felicita. En este caso quedó claro que “el partido no se decidió por el árbitro, sino por la buena actuación de las jugadoras en la cancha”.

Juvenal, obviamente con una vasta experiencia, también tiene lo suyo. Especialmente por estar tanto en la competición de sala, como de playa, aunque decididamente ya está definido por la arena y el agua. Su experiencia también se decidió en Río de Janeiro 2007. “Era la final masculina entre Estados Unidos y Brasil, que era la pareja campeona mundial”, dice.

Aquí no hubo regateo para Estados Unidos. Sus rivales ganaron en tres sets corridos “y el estadio abarrotado como con 15 mil personas y se dispusieron como siete niveles”. Para él fue su primera experiencia a ese nivel “y sobre todo estaba pitando de auxiliar con mi mentor, Miguel Ramírez, de México, es decir, estaban el maestro y el alumno”. Pero así como también han pitado partidos de grata experiencia, otros han sido de gran responsabilidad, como el que le tocó a Ramírez al ser árbitro principal en un partidazo entre Japón y Corea del Sur, en el Grand Prix Mundial de este año, precisamente en Corea. El reto era porque especialmente asistía el presidente de ese país, pero Yury superó la prueba. l

Un camino iniciado por otros grandes

Los jueces internacionales dominicanos no son los primeros que trillan este camino. Antes otros experimentados del pito abrieron esas sendas.
Anteriormente estaban César Padrón, Abraham Espaillat, Ramón Aybar, Nelson Ramírez, Víctor Carrasco y Guarionex Reyes Guzmán. De ese grupo Ramírez sigue activo, en el área de director del Centro de Desarrollo del Voleibol.

“Para nosotros todos ellos fueron nuestros profesores. Incluido Nelson Ramírez, quien aun está activo y nos habla como sus alumnos que somos”, dijo Ramírez.

“Siempre muy agradecidos por las sugerencias que él nos imparte, por la gran experiencia en el conocimiento del juego que él posee”, agregó Collado. Ahora también son seis los árbitros internacionales. Céspedes se encuentra actualmente en el Grand Prix Mundial masculino, que se disputa en Japón, lo que mantiene bien en el alto el nivel de los árbitros dominicanos en el voleibol.

Reconocimiento a todos los árbitros

Luego de cada competición, los atleta reciben su justo reconocimiento. Al fin y al cabo son los protagonistas principales de cualquier competición deportiva. Pero aun así, Yury entiende que debe haber algo más para los árbitros. “Nosotros nos preparamos antes de cada campeonato tan bien como un atleta”, dice. “Incluso nos dan un examen antes de cada campeonato”, advierte.

Su compañero explica que debe ser pasado mínimo “con un 70 por ciento”, además de un examen físico a nivel médico. Pero, dice Yury, en el país “se olvidan de los árbitros de los diferentes deportes. Se ve bonito que anuncien un ascenso (así lo planteó el presidente Leonel Fernández) a todos los atletas, pero también hay árbitros que pertenecemos al Círculo Deportivo Militar y entendemos que deberíamos ser tomados en cuenta”.

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