Piezas que identifican la cultura y la religiosidad dominicana son elaboradas en este municipio por las manos de artesanos que han aprendido este arte empíricamente, dando como resultado finas obras que recorren el país y gran parte del mundo. La materia prima de la artesanía de Imbert es una piedra especial con apariencia de madera, que se extraen en lugares localizados en fincas, donde excavan profundo; un mineral llamado talco y una roca sedimentaria llamada arenisca, los cuales son autóctonos de Imbert, que puede ser modelada a mano con instrumentos sencillos, como machetes y cuchillas.
Con estas rocas crean figuras típicas dominicanas como la muñeca sin rostro, piezas taínas, el juego de músico, el símbolo de la familia, del amor, juego de ajedrez, nacimientos, bolas de béisbol, animales, así como imágenes religiosas.
El origen de esta artesanía se remonta a la iniciativa del artesano Francisco Clase Ramos (Papito), quien en el año 1972 se encontró con una piedra blanda con vetas de tonos pardos que lucía como una pieza de madera, por lo que se le empezó a llamar madera petrificada.
Según relatos, el entusiasmo de Papito contagió a César Cabrera y a Estanislao García, quienes empezaron a trabajar como ayudantes. Estos se trasladaban a la ciudad de Puerto Plata a vender sus obras, motivando a muchos jóvenes a interesarse por esta artesanía, al ver los beneficios económicos que recibían, extendiéndose por todo el municipio de Imbert, y hoy día son muchos los que viven de la elaboración de esta piezas.
Entendiendo que en la unidad está la fuerza, en el 1997 varios artesanos formaron la Asociación de Artesanos de Madera Petrificada de Imbert (Asoartep), contando actualmente con unos cuarenta miembros, siendo la primera y la única asociación de talladores de piedras reconocida en la República Dominicana, de acuerdo con lo informado por el artesano Reinaldo Pichardo, encargado de finanzas de la asociación.
Innovación y desarrollo de la artesanía local
Recientemente, en un encuentro en el Centro León titulado: “Imbert, tierra de artesanos”, especialistas de la Universidad Nacional Evangélica presentaron el resultado de la investigación, innovación y desarrollo de la artesanía local de madera petrificada de Imbert, Puerto Plata, realizado durante cuatro años en la Asociación de Artesanos de Madera Petrificada, dentro del programa de la Red Iberoamericana de Innovación y Transferencia de Tecnología para el Fortalecimiento Artesanal (RITFA) y financiada por el Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo, CYTED.
Los artesanos se desplazaron de la parte alta de Imbert a la comunidad Hoja Ancha, Barrabás, donde tienen su taller y tienda, porque es una vía transitada por los turistas que visitan Los 27 Charcos de Damajagua. Allí les muestran como hacen las figuras con sus propias manos, ya que no utilizan máquinas para elaborarlas, sino machetes y cuchillos afilados, que llaman mochas.
Asegura que sus piezas son demandadas tanto a nivel nacional como internacional, y que además de su punto de venta en Imbert, la gente las puede adquirir a través de los gift shops de Puerto Plata, Bávaro, Santo Domingo y otros puntos del país.
“Gracias a Dios de aquí hemos mantenido nuestras familias, podemos mandar nuestros hijos a la escuela. A través de esta institución también le damos ayuda a la comunidad, porque trabajamos de forma colectiva, todos los recursos que logramos se reparten colectivamente”, precisa el encargado de finanzas de la entidad que preside Pablo García, quien informó que dan ayuda a las escuelas, a la Defensa Civil y a actividades deportivas. Precisó que los turistas extranjeros son los que más demandan su artesanía, y que la temporada alta va desde el mes de diciembre hasta abril, que es cuando hay mayor flujo de turistas. Los precios para el turista extranjero van desde 10 a 150 dólares, dependiendo del tamaño y la elaboración de la figura, mientras que para los dominicanos los precios van desde cien pesos en adelante.
“Aprendimos a trabajarla viendo a los mayores, íbamos tomando ideas; es algo que viene heredado de la cultura, no tenemos escuela, la hemos adquirido aquí”, precisa Reinaldo Pichardo, quien al ser cuestionado sobre el tamaño de la figura, dijo que estas pueden medir hasta cinco pies de altura, pero las hacen por encargo. Regularmente de ese tamaño piden imágenes de vírgenes.
Reinaldo, quien desde los 10 años realiza este trabajo, asegura que ha mantenido su familia con esto, y que como él, hay otros miembros que a través del oficio han hecho a sus esposas profesionales, citando como ejemplo que su esposa es profesora y sus dos hijos estudian. “No todos los hijos les interesa aprender, pero muchos a través de la artesanía hacen sus estudios, aunque no sigan la tradición, sí le sacan beneficio”.
Pichardo explicó que cada pieza pasa por seis manos, haciéndoles los diferentes proceso y aunque cada uno tiene una función, todos los artesanos conocen el proceso de los seis pasos, aunque quizás uno más desarrollado que otro, pero todos saben hacerlo.
Testimonio…
Nixon Cid lleva un promedio de 25 años trabajando la artesanía, y al igual que Reinaldo, dice con orgullo que aprendió viendo al maestro Papito Clase, y que cuando pequeño se iba a la mina a romper piedras y al final aprendió a tallar la pieza. Hoy día ya no va a la mina, pues hay un equipo de mineros que sacan las piedras y las llevan a la asociación.
“Es el único trabajo que he hecho y me es suficiente para mantener la familia, tengo seis hijos y los he mantenido de aquí a todos. Ninguno se ha interesado en la artesanía, uno está en la universidad ya”, explica Nixon, al tiempo de expresar que se siente muy feliz cuando los turistas van y alaban su trabajo, “porque ellos ven el valor que tiene esa artesanía que tiene miles de años, ya que fueron los indígenas que la iniciaron y le hemos dado seguimiento. Trabajamos todo a mano con un simple machete”.
Asoartep: única asociación reconocida en el país
La Asociación de Artesanos de Madera Petrificada, con 14 años de fundada, es la primera y la única asociación de talladores de piedras reconocida en el país, exhibe la artesanía dominicana como una expresión cultural, que destaca la tradición y la riqueza en lo que se refiere al talento artístico de los autores de las obras.
Una de las características más sobresalientes de esta asociación es que funcionan como una hermandad en la que los recursos generados por las ventas de los artículos que producen son una especie de fideicomiso del que participan de manera equitativa todos sus miembros.
Esta asociación ha ido creciendo en su manera de organizarse y en su proyección hacia afuera, hasta el punto de que sus productos se exhiben cada año en las diferentes ferias nacionales e internacionales que se hacen en el país.
Recientemente la Oficina Nacional de la Propiedad Industrial (ONAPI) y el Consejo Nacional de Competitividad (CNC) hizo entrega al presidente de la Asoartep del certificado de la Marca Colectiva Imberlita a la Asociación de Artesanos de Madera Petrificada, lo que representa el derecho de exclusividad, protege a sus asociados y su producción amparada según la Ley 20-00 sobre Propiedad Industrial, en lo que respecta a su signo distintivo, y aplica al mismo tiempo para la ley 65-00 sobre Derecho de Autor, en lo referente a protección y registro de obras artísticas.
Esta asociación promueve el crecimiento de sus miembros incentivándolos a continuar en su preparación a través de cursos, talleres y otras actividades educativas. Desde hace más de diez años han enriquecido la vida interna y externa con muestras de la cultura dominicana, a medida que han ido desarrollándose han sido reconocido nacional e internacionalmente como un símbolo de la herencia cultural del país.
Desarrollo
Con el grupo de artesanos, el proyecto ha realizado acciones tales como: capacitación en inglés, talleres de escultura, pintura y diseño”
