El pasado viernes, en un breve diálogo con el jefe de la Policía Nacional, mayor general Manuel Castro Castillo, le puse el tema del boxeo.Castro Castillo, amigo de este columnista desde hace varios años, se entusiasmó cuando le hablé del pugilismo local y de los prospectos que hay en la Policía.
El tema también lo abordé con el estimado colega y amigo Rafael G. Santana quien igualmente es un fiel amigo de Castro Castillo y, además, un firme defensor del deporte y en específico de los clubes deportivos y culturales.
La realidad es que el boxeo aficionado, en la Policía, marca un futuro promisorio.
El mayor general Castro Castillo busca que sus muchachos boxeadores alcancen los más altos lauros.
No tengo informes si en lo inmediato la Federación Dominicana de Boxeo Aficionado, que dirige con gran acierto el ingeniero Bienvenido Solano, tiene en su agenda organizar algunos certámenes en los que compitan púgiles militares y policiales.
En los próximos días buscaré esa información al tiempo de que me comunicaré con directivos de la Asociación de Boxeo del Distrito Nacional.
El respaldo de Castro Castillo
El mayor general Manuel Castro Castillo, quien es un deportista nato, de seguro que va a dar incentivos a los boxeadores policiales.
Y máxime cuando sepa que en el seno de la institución del orden hay jóvenes con mucho talento.
De tanto talento que en unos años -es lo que percibo- hasta pueden obtener galardones a nivel de las competencias internacionales.
Mientras tanto, que la Policía Nacional dé respaldo a sus jóvenes boxeadores para que nunca pierdan la motivación de continuar, con disciplina y optimismo, en el boxeo olímpico.
La Policía debe buscar técnicos para que preparen a sus buenos prospectos.
Por cierto, aspiro a que vuelvan aquellos intercambios locales entre clubes de boxeo.
Recuerdo a mi barrio San Carlos que con sus boxeadores competía con sus similares. Eran momentos románticos y con amor deportivo.
