Chávez, ante un escenario histórico

En dos días, alrededor de 17 millones de personas acudirán a las urnas en Venezuela para elegir al presidente que gobernará desde…

En dos días, alrededor de 17 millones de personas acudirán a las urnas en Venezuela para elegir al presidente que gobernará desde Miraflores por los próximos seis años, y tendrán que optar entre Henrique Capriles o refrendar en su cargo al actual mandatario Hugo Chávez.

Es la tercera reelección a la que se presenta Hugo Chávez y esta vez lo hace en un contexto histórico tanto para él como para el socialismo del siglo XXI que promueve y que ha logrado insertar, en cierta medida, en algunos países de América Latina.

Histórico en el sentido de que América (incluyendo a Obama) ha variado su concepción acerca de lo que representa Chávez en las relaciones interestatales y en los distintos procesos de integración regional; pero además histórica porque en términos personales, ese proceso de conversión socialista de Venezuela, eclosionado a partir del juramento del movimiento civil militar MBR-200 del 1992 “… juro por el Dios de mis padres… por mi honor y juro por mi patria, que no daré descanso a mi brazo ni reposo a mi alma, hasta ver rotas las cadenas que nos oprimen…” y que fue dirigido por el Comandante Chávez desde la 42 Brigada de Paracaidistas,  ve amenazada su existencia con el ascenso en la simpatía popular del candidato de la oposición Henrique Capriles Radonski.

Muchas cosas han cambiado en el entorno internacional y regional  desde que en las elecciones del 2006 “el comandante” como le llaman sus prosélitos, ganara la presidencia de Venezuela. Estados Unidos era gobernado por el enemigo público número uno de Chávez, el expresidente George W. Bush. Recordarán ustedes aquel célebre “… aquí huele a azufre” con el que Chávez saludó a los asistentes a la Asamblea de Naciones Unidas refiriéndose a Bush, y también recordarán el “¿por qué no te callas?” con que se dirigió el rey de España a Chávez en la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado, en el 2007. Pues bien, hoy Bush no es presidente, Obama mantiene una relación cordial con Hugo Chávez y el rey de España, debido a escándalos recientes, mantiene sus bonos internacionales muy bajos.

En América del Sur, para el 2006, varios presidentes mantenían tensas relaciones con el líder socialista. Alan García le recriminaba a Chávez su supuesto apoyo a Ollanta Humala; con Álvaro Uribe los choques fueron muy comunes, tanto así que, en ocasión del conflicto Colombia-Ecuador por la muerte de agentes de las Farc en territorio ecuatoriano bajo el fuego del ejército colombiano, y cuyas diferencias zanjó Leonel Fernández, la verdadera polémica estuvo alrededor de Uribe y de Chávez y no así de Rafael Correa, presidente del país agraviado, Ecuador.

Por otro lado, Vicente Fox, a la postre presidente de México, llegó incluso a llamar “burro” a Chávez, todo por el supuesto apoyo de este a la campaña de Andrés Manuel López Obrador contra el actual presidente panista Rafael Calderón, quien a diferencia de Fox, decidió llevar “la fiesta en paz” con el líder venezolano.

Hoy, seis años más tarde, el escenario en el que está enmarcado el liderazgo de Chávez parece hacer honor a aquel proverbio árabe que reza: “siéntate a la puerta de tu casa y verás pasar el cadáver de tu enemigo” pues tanto en Estados Unidos, Mexico, Peru y Colombia, gobiernan otros presidentes con los cuales las relaciones diplomáticas son estables y cordiales. Todo parece indicar que el único país latinoamericano que es actualmente contrario a Chávez es Paraguay y las razones son obvias.

En contraste con todo ésto, el liderazgo de Chávez se ha incrementado visiblemente en toda América Latina. Ha logrado crear un eje ideológico-comercial bajo los lineamientos del ALBA que le sirve como andamio desde donde expande su política exterior basado en una especie de socialismo moderno del siglo XXI y unido a la idea del culto al bolivarismo.

Con Petrocaribe, Venezuela ha creado una alianza con otros 15 países a quienes se les permite comprar hasta 185,000 barriles de petróleo diario con unas blandas condiciones de pago, incluso canjeables como es el caso de Cuba, con quienes tienen intercambio de servicios médicos, maestros de enseñanza y otras cosas.

Nuestro país participa en esta alianza desde el 2005. Este programa le ha dado como resultado a Hugo Chávez la formación paulatina de una especie de “agradecimiento regional colectivo” que naturalmente se refleja en el aumento de su liderazgo.

En diciembre del 2011 junto con otros 32 países de América, logran crear definitivamente la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños con la exclusión de EE.UU. y Canadá y recientemente, Chávez consigue finalmente que Venezuela sea aceptada como miembro de pleno derecho del Mercosur luego de haberlo solicitado en diversas ocasiones.

De manera que, viendo todos estos elementos, podría colegirse que Chávez está ante un escenario  único de su carrera política en lo que respeta al plano internacional, el cual contrasta curiosamente con el ascenso de la oposición a nivel nacional, la cual ha hecho de Capriles un candidato potable que amenaza con detener todo el proceso de afianzamiento del socialismo impulsado por Chávez.

A pesar de ese ascenso de la oposición, de que las condiciones de salud del líder bolivariano no son las mejores y de que el aumento de la inseguridad y la criminalidad carcomen las simpatías del comandante a nivel local, América Latina al parecer prefiere a Chávez y se apresta a celebrar con él otra nueva victoria este próximo 7 de octubre.

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