Clara Leyla Alfonso

Clara Leyla Alfonso, mujer, madre, periodista, de una extraordinaria integridad personal, partió de esta vida el pasado viernes. Con un elevado sentido del compromiso social, dejó huellas en el ejercicio de la comunicación, en un período todavía&#823

Clara Leyla Alfonso, mujer, madre, periodista, de una extraordinaria integridad personal, partió de esta vida el pasado viernes. Con un elevado sentido del compromiso social, dejó huellas en el ejercicio de la comunicación, en un período todavía difícil en la vida institucional dominicana.

Su proceder fue un ejemplo de dignidad. Nunca dejó de ser Clara Leyla, amiga, compañera. Con un temple definido, optó por hacer carrera empresarial, igual, la misma sencillez, acompañada de su férrea voluntad y capacidad de trabajo.
En la dolorosa hora, nuestra solidaridad con sus familiares.

La ley y la violencia

La semana pasada, el presidente de la República reclamó el endurecimiento de la justicia frente al crimen. Hablaba con la desazón que le produjo el brutal asesinato de una joven oficial académica, con el agravante de que era la persona que tenía a cargo la seguridad de una de sus hijas. El presidente del Senado habló con el mismo enojo, lo mismo que el ministro de las Fuerzas Armadas y el jefe de la Policía. Estos dos últimos desafiados por los criminales. Todos muy preocupados por la facilidad con que los delincuentes logran la libertad y vuelven por sus fueros.

Es consenso general que debe hacerse algo para contener el crimen. A los jueces se les pide más rigor. Ciertamente, ellos deben ser más perceptivos de esa realidad, pero tienen que apegarse a la ley. Quizás deben recurrir con más frecuencia al acápite 7 del artículo 226 del Código Procesal Penal, que pone a disposición del juez la prisión preventiva, de modo que el Ministerio Público cuente con tiempo suficiente para instrumentar los expedientes.

Con razón el jefe policial mayor general Manuel Castro Castillo se queja de la facilidad con que delincuentes armados alcanzan la libertad, a veces con una simple fianza, por benignidad de un juez. Eso no puede continuar. Ahora es un buen momento. El Congreso tiene en su agenda el Código Procesal Penal y el Código Penal.

Sin disminuir los derechos ciudadanos y en la comprensión del momento que vive la República, se impone hacer los correctivos necesarios para disminuir la violencia.

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