La 46 Asamblea Ordinaria de la OEA que se celebrará el 13 y 15 de junio próximo, junto a la V Cumbre de Jefes de Estado de la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en enero son, en términos de seguridad, los sucesos que implican mayor preparación y extensión de dispositivos de protección hacia sus asistentes.
Existen cuatro asuntos que la seguridad nacional analiza para desplegar la seguridad dirigida a los dignatarios de alto nivel que estarán en el país: la jerarquía de la persona que visita el Estado, el nivel de amenaza que podría tener, la cantidad de instalaciones que se usarán en el evento y el tiempo que permanecerán en República Dominicana.
Estas visitas implican la seguridad en el más mínimo detalle, explica el contralmirante Wilfredo Ortiz Báez, quien es director de Inteligencia del Departamento Nacional de Investigaciones (DNI) y coordinador general de seguridad de las actividades que se realizarán a propósito de la Organización de Estados Americanos (OEA) y los eventos relacionados con la presidencia pro témpore de CELAC que tiene República Dominicana.
“El control es tal que un agente de seguridad nuestro que está en un pasillo (del hotel) sabe de antemano e identifica cuál es la mucama que todos los días tienen que limpiar la habitación del jefe de Estado o Gobierno o Dignatario”, comenta. “Es un control que se va hasta a lo físico, lo básico”.
¿Cuántas personas están involucradas en garantizar la seguridad en estos eventos? De manera directa entre 500 a 600 personas como mínimo, dice Ortiz Báez. Para la Asamblea de la OEA y la Cumbre de los Jefes de Estados UE y CELAC la cantidad de servidores asciende aproximadamente a 1,500.
Los efectivos trabajan desde que reciben al dignatario en el aeropuerto e implica guardia en el hotel donde se hospeda, en la ruta que sigue para trasladarlo y en las instalaciones donde estará trabajando. Pero la vigilancia no se activa a la llegada del dignatario. “Tiempo antes nosotros en el hotel de hospedaje hacemos un barrido o limpieza donde se buscan elementos antiexplosivos y de otro tipo para esterilizar las instalaciones. Lo hacemos con unas 48, 72 horas de antelación. Ese “barrido” también se realiza en los salones del evento y se utilizan perros para detectar esos elementos que sirven de amenaza a la integridad física, según dice. “Nuestro equipo contra inteligencia depura todo el personal del hotel… Desde el cocinero hasta el parqueador, incluyendo la seguridad del hotel que entra bajo control nuestro”, insiste y agrega que incluso los huéspedes se toman en cuenta.
Tradicionalmente el DNI ha sido el órgano coordinador, en materia de seguridad, de eventos de carácter diplomático e internacional. Este organismo tiene una división especial de protección de dignatarios y colabora también con el Cuerpo de Seguridad Presidencial. Y recibe el apoyo de las fuerzas del Ministerio de Defensa, la Policía Nacional, el Centro de Operaciones de Emergencias (COE), y el Sistema de Emergencias 911.
Este año, la plataforma de seguridad que se activa en las cumbres, reuniones y visitas de dignatarios tiene áreas que son coordinadas por unas 40 personas, que han estado trabajando desde el 2015. Esas secciones son inteligencia (detecta personas o situaciones de riesgo) y contrainteligencia (evita que el enemigo obtenga información secreta), antiterrorismo, contingencia médica y seguridad vial.
Los equipos de trabajo se dividen en dos: seguridad dinámica, responsable de proteger físicamente al dignatario, y la seguridad estática, cuyo dispositivo vigila las instalaciones físicas de cada instalación que se usará en el evento, las entradas, perímetros y salidas. También el COE evalúa los planes de emergencias del alojamiento y hace su propio plan para la cumbre. Entonces, comenta Ortiz Báez, se escribe “la directiva”, documento de seguridad que describe la misión y cómo se ejecutará.
Puntos críticos y probable caos
Los “puntos críticos” que Ortiz Báez identifica son esos que ameritan más vigilancia, por el peligro que podría representar. “La cocina, paneles eléctricos, entradas, azoteas son puntos críticos que dentro del levantamiento de seguridad se establece que deben tener una especial vigilancia”, señala. También se activan los franqueadores, que Ortiz Báez, llama “cápsulas”. Las cápsulas se movilizan con el dignatario. “Tomamos en cuenta no crear un caos en la ciudad, porque es una actividad llamada a representar cierto apoyo de la ciudadanía y tratamos de evitar que se genere malestar”, agrega.
