Contemplación del crimen

Los santos inocentes que nos gobiernan son tan singulares que a veces provocan irritación o risas. Lo del ministro de Salud, cibaeño, donde está la meca de los medicamentos falsos, se conforma con decir que la venta de los mismos es un crimen.…

Los santos inocentes que nos gobiernan son tan singulares que a veces provocan irritación o risas. Lo del ministro de Salud, cibaeño, donde está la meca de los medicamentos falsos, se conforma con decir que la venta de los mismos es un crimen. Si bien no está en su accionar reprimir directamente el comercio ilegal de fármacos, al menos debe hacer más que lamentarse y denunciar, lo que tampoco es raro. Una tendencia a la contemplación y a la narrativa de cuanto padecemos. Pero imaginamos que como ministro es el guardián de la salud pública dominicana. Más que tipificar es actuar. Total, eso también lo habíamos visto.

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