Corregir la Estrategia Nacional de Desarrollo

Cualquier ciudadana o ciudadano sensato, identificado con las mejores causas de la nación dominicana, seguro que reconoce que en apenas seis…

Cualquier ciudadana o ciudadano sensato, identificado con las mejores causas de la nación dominicana, seguro que reconoce que en apenas seis meses el licenciado Danilo Medina, como presidente de la República, ha definido una senda muy auspiciosa sobre la dirección y gestión del Estado dominicano.  Aun así, los problemas del país son tan enormes como complejos, y no pueden hacerse depender sólo de un hombre y algunos funcionarios en sintonía con sus ejecutorias. Se necesita poner en acción un mecanismo de actuación eficaz en todas las instancias del Estado. De ahí la importancia de la Estrategia Nacional de Desarrollo (END).

Un detenido estudio de la END evidencia que el proceso seguido en su formulación ha sido correcto y su documentación puede calificarse de impecable. El 26 de enero del 2012 se promulgó la Ley 1-12 que la sustenta, la cual es una respuesta a la Ley 498-06 que crea el Sistema Nacional de Planificación e Inversión. Sin embargo, las negativas experiencias con el Plan Decenal de Educación, el Plan Decenal de Cultura o el Plan Decenal de Salud con los que por igual se siguieron muy certeros procesos de elaboración hasta conquistar un alto reconocimiento internacional, advierten respecto a la necesidad de imprescindibles correcciones.

Para que la END siga una exitosa ruta, procede dar el paso hacia los planes maestros de desarrollo para cada una de las instituciones del Estado mediante la conjugación del componente estratégico y el operativo hasta el nivel de las tareas y subtareas; además mediante un mecanismo de seguimiento que integre las auditorías de desempeño y los análisis de brechas para ajustar en cortos lapsos de tiempo las reprogramaciones que  constantemente impone la realidad; lo cual se hace posible, práctico y sencillo a través de las Nuevas Tecnologías de Información y Comunicación (NTIC).

Oímos a viva voz de Tac Ngo Chou (brillante profesor vietnamita de estrategia, que desde París, junto a su importante labor académica, hizo al mismo tiempo grandes contribuciones a la soberanía de su patria) que si bien planificar es reducir la incertidumbre, al mismo tiempo y sobre todo implica hacer que las cosas sucedan.

La Estrategia Nacional de Desarrollo tendrá sentido a partir de un reenfoque que la haga una realidad cotidiana, mediante mecanismos sencillos, transparentes y sobre todo eficaces que al mismo tiempo comprometan mediante la más amplia participación, desde el conserje al ministro, al síndico, al diputado o al juez, a todos los servidores públicos y la sociedad. Así se contribuye con la revolución de la honestidad y la eficiencia que hoy se demanda a gritos y que parece haber iniciado su gloriosa senda.

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