Danilo y la confianza

No haré una apología de estos doce meses de gobierno. No es mi intención. Puedo, incluso, escribir basado en lo que expresan personas que no votaron por Danilo Medina, que le adversaron en la pasada contienda electoral. Los que deberían ser sus…

No haré una apología de estos doce meses de gobierno. No es mi intención. Puedo, incluso, escribir basado en lo que expresan personas que no votaron por Danilo Medina, que le adversaron en la pasada contienda electoral. Los que deberían ser sus opositores hoy también lo respetan,  admiran y reconocen sus valores como estadista. Y eso no es un fenómeno normal en nuestra cruda realidad política, donde las pasiones se imponen.

En Dominicana se cree en las acciones del presidente, abarcando la mayoría de sus principales funcionarios. Hay un buen equipo. Se nota que se trabaja en armonía, con un solo director de orquesta. Tampoco quiero abundar sobre los éxitos del gobierno durante este período, desde el apoyo a la educación, obras públicas, la agropecuaria, las pymes, la salud, el comercio, la seguridad ciudadana, estabilidad macroeconómica, sus visitas sorpresas a las comunidades para conocer y buscar soluciones a sus necesidades…, todo dentro del marco de la transparencia y de una labor efectiva. Nuestro presidente, por igual, ha dado muestras de firmeza, de que vigila a sus subalternos y le pide explicaciones de sus conductas. Otro punto a su favor es la sencillez con la que se maneja, creando un estilo propio, digno de aplauso y de imitación desde el poder.

Por todo ello, no es de extrañar la gran popularidad y aceptación de Danilo Medina en su primer año de gestión. Si alguien me preguntara cuál es su mayor logro, le diría sin pestañear: el presidente inspira confianza. Y eso que en principio es inmaterial, tiene repercusiones positivas para el desarrollo del país.

Cuentan que Zigong, aventajado discípulo de Confucio, le preguntó al maestro si podía explicarle el arte de gobernar. Confucio, que tenía un alto sentido de la moral en la política, le respondió: “Los elementos esenciales para un gobierno son los alimentos suficientes, la defensa y la confianza del pueblo”. En Zigong surgieron otras interrogantes.

– Maestro, si tuvieras que renunciar a uno de los tres, ¿a cuál renunciarías?
A la defensa, dijo Confucio- Y si tuvieras que renunciar a uno de los dos que quedan, ¿a cuál renunciarías?- A los alimentos…, si el pueblo no tiene confianza en el gobierno, la nación no se sostiene, expresó finalmente el sabio.

Confucio predicaba que desde la administración pública se podía trabajar por el bienestar de las personas y para construir un mundo justo; afirmaba, además, que de los puntos más importantes que debía prestar atención un gobierno era a la prudencia de los gastos.

Estoy seguro que Danilo mantendrá la confianza que le tiene la ciudadanía, que es la forma ideal de enfrentar con éxito los graves y múltiples problemas que nos afectan.

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