Debatir ideas fortalece los partidos

Los temas económicos son temas políticos. Debatir sobre el déficit fiscal o sobre la deuda o la presión tributaria, son temas de interés político.Estos temas, y otros que parecen sólo económicos, son el centro de un debate con…

Los temas económicos son temas políticos. Debatir sobre el déficit fiscal o sobre la deuda o la presión tributaria, son temas de interés político.

Estos temas, y otros que parecen sólo económicos, son el centro de un debate con los partidos y los dueños del capital.

Éstos, los dueños del capital, en una sociedad democrática, son los generadores de la riqueza, y decimos generadores porque en esa producción trabaja toda la sociedad, pero ellos se quedan con los beneficios y el capital que crece cuando crece el Producto Interno Bruto.

Mientras más elevada sea la presión tributaria, más recibe el Estado con medidas fiscales para destinarlo a políticas públicas para igualdad de oportunidades y bienestar general.

Cuando la presión tributaria es baja, que es el caso dominicano, mas déficit tendrá el presupuesto nacional, porque el Estado recibe menos de lo que gasta, y  pasa  a buscar prestado para compensar el déficit, y así se  endeuda.

Los grupos empresariales han podido comprobar que cuando el gobierno asume políticas de austeridad la economía se contrae y se da lo que los economistas llaman recesión, porque es el gobierno, y no el sector privado, que coloca en el mercado cada año un presupuesto de 613 mil millones de pesos.

Como se ve, si usted toma una posición de defensa a que se mantenga la baja presión tributaria, que es de 14% y el promedio latinoamericano es de 20.7%, usted está del lado de los empresarios y no favorece políticas públicas a favor del pueblo; tampoco le importa si hay déficit en el presupuesto y si la deuda se incrementa.

Simplemente, usted es de derecha, y tiene derecho a serlo, pero no se coloque en una posición verbal de izquierda para invocar posiciones de derecha.

Un amigo diferencia las formas de hacer política; él dice que existe la política muscular, que es la actividad en las calles, las caravanas, las consignas y los discursos de arengas; y la otra, que es la política de la inteligencia y la estrategia.

La verdad es que ambas formas son válidas y necesarias. Pero los partidos deben definir sus plataformas ideológicas para asumir, en cada momento, su propio rumbo.

Un partido que no unifique su plataforma ideológica no tiene ni puede tener disciplina; peor, no sabe hacia dónde va y termina por no importarle, y solo se detiene en lo que individualmente le interesa a cada miembro, que son cosas contrapuestas.

El PLD está retomando la formación política y ese es un paso importante, porque el no hacerlo lleva a  las individualidades. La formación política permite que los miembros compartan las ideas, las cuales son la base de la unidad. Pero también, para que aquellos que no piensen igual no pierdan su tiempo y se vayan al partido que es afín con sus ideas.

Por demás, el debate político se adecenta porque no es lo mismo abusar en los medios y, usando un seudónimo, llamarle ladrón a quien no hay forma de probarle la pérdida de un alfiler.

Debatir ideas adecenta los partidos, los fortalece y los lleva a definir posiciones frente a los temas más sensibles de la sociedad. l

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