Dejemos a yankis fuera del debate

“Las declaraciones del confeso narcotraficante Quirino Ernesto Paulino Castillo son ofrecidas por cuenta propia y no tienen que ver con el Gobierno o la justicia de los Estados Unidos”, (embajador estadounidense, James Brewster, Hoy, 16 abril).

“Las declaraciones del confeso narcotraficante Quirino Ernesto Paulino Castillo son ofrecidas por cuenta propia y no tienen que ver con el Gobierno o la justicia de los Estados Unidos”, (embajador estadounidense, James Brewster, Hoy, 16 abril).

Después de dos intervenciones norteamericanas en el siglo pasado (1916 y 1965), las cuales resistió el pueblo dominicano, consideramos seriamente sus reacciones políticas.

De ahí que ha sido de interés saber si las declaraciones de Quirino eran parte de una decisión norteamericana. Hubo quien desde los medios de comunicación asegurara que Quirino declaraba desde una cárcel de alta seguridad, por lo que tenía el consentimiento de las autoridades estadounidenses. A esos comunicadores se agregaron hasta dirigentes políticos especuladores.

Comprobar que Quirino no estaba preso fue fácil, pues él había ido personalmente al consulado dominicano en Nueva York a solicitar el cambio de cédula y había sido recibido con desmedida cortesía en su despacho por el entonces cónsul general Luis Lithgow.  

Obviamente, estaba excarcelado después de cumplir unos años de prisión negociada con ese sistema de justicia norteamericano; como se sabe había sido extraditado iniciándose el segundo gobierno del presidente Leonel Fernández.

Como método, Bosch incorporó en el PLD el criterio de que los hechos deben comprobarse para no errar. La relación con los estadounidenses no escapa a ese criterio. Los norteamericanos han actuado muchas veces erráticamente por estar desinformados; así ocurrió para la intervención militar de 1965, que lo hicieron entre otras cosas por no saber lo que sucedía con la revuelta para el retorno de la Constitución de 1963. 

De ahí que en 1972, por disposición de Bosch, acompañé al Lic. Jacobo Majluta y al Dr. Julio César Castaños Espaillat a una cena con el embajador y funcionarios estadounidense, para lo cual Bosch me jaló aparte y me dijo: la misión tuya será poner atención a lo que digan los norteamericanos para que me lo hagas saber, pero hecho eso por ellos diles que “el PRD dirigido por mí no permitirá nunca establecer una base militar de ningún país que ponga en peligro la seguridad norteamericana”.

Justamente, así lo hice sin comprender totalmente el significado de esa declaración. Luego comprendí que se trataba de no desafiar innecesariamente a un país con la enorme capacidad militar norteamericana.

Todo el ruido mediático en torno de Leonel, incluyendo las declaraciones de Quirino, tiene un solo propósito y es sacar al PLD del poder.

En ese ruido se incluye el que hacen sectores de la sociedad civil que se sienten cómodos recibiendo honorarios por asesorías en el gobierno; a funcionarios que hasta han llegado a posiciones dirigentes en el mismo PLD, sin tener tiempo ni capacidad política; así, también, ciertos sectores que quisieran más liberalidad para hacer fortuna en medio del desorden y la ignorancia que crea el atraso.

Los que escribieron el guión de Quirino y diseñaron la estrategia contra Leonel han fracasado porque no lo han podido desposicionar. El PLD va a recorrer la ruta en la cual todos sus dirigentes y militantes participarán libremente para escoger en un proceso de democracia interna cerca de cuatro mil candidatos a cargos públicos de elección popular.

Sin embargo, de esas candidaturas la más importante, la presidencial, definirá el rumbo del PLD. Veamos este tema en otra entrega. l

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