Alternativa entre las fuentes de extracción. 5 de julio de 2000.
Salutación
Agradezco en nombre de la Cámara Dominicana de la Construcción el que se me haya elegido para desarrollar un tema tan actualizado y que reviste tanta importancia para el desarrollo integral de nuestro país, que es a mediano y largo plazo nuestra meta principal de importancia capital “Desarrollo con Optimización y Mantenimiento de Nuestros Recursos Naturales”.
Veo además con beneplácito que en esta actividad se van a oír todos los pareceres y opiniones que plantearán los diversos expositores que representan todas las corrientes. Por este diálogo franco y abierto felicito sinceramente al Codia en la persona de su presidente Ing. Martín Concepción.
Quiero ofrecer los siguientes datos oficiales extraídos de informaciones del Banco Central de la República Dominicana:
Arena, grava y varilla, año 1997: 10,894,473.10; año 1998: 12,932,682.70; año 1999: 15,398,210.60.
¿Qué demuestran estas cifras?
1. Un real y verdadero crecimiento en el uso de agregados.
2. La potencialidad e importancia del sector construcción en nuestro país.
3. Porque este sector llegó a un 15% del P.B.I. en el año 99. El de mayor participación y crecimiento dentro de toda la economía nacional.
Además debe ofrecer datos “prácticos” que fortalecen esas aseveraciones: por cada tonelada de cemento, se utilizan 10 toneladas de agregados, si en el año 1999 se consumieron en el mercado nacional 3,000,000 de toneladas de agregados que serían aproximadamente 18,750,000 metros cúbicos de agregados en producción de asfaltos y carpetas bituminosas que podrían llegar a un 20-25% adicional y tendríamos que hablar de un consumo total cercano a los 22,875 metros cúbicos anuales, con un incremento anual del 19%.
Ante esa realidad incuestionable viene la otra pregunta ¿y cómo podríamos mantener, conservar y racionalizar el uso de nuestros Recursos Naturales? Habría que distinguir entre los recursos renovables y los no renovables.
Nuestra posición es la siguiente, y consta de varios aspectos:
1. Que se consulten“imparcialmente” las soluciones adoptadas por otros países, pues este caso no es sólo en República Dominicana.
2. Que se consulte con técnicos “imparciales y calificados”, por ejemplo: Estudio realizado por el Dr. Ing. Guillermo Paniagua, año 1987.
3. Que se actualicen esos estudios por técnicos de esas mismas condiciones y se comparen soluciones.
4. Que se oigan, se mediten, y se tomen soluciones coordinadas, de conjunto, racionales, lógicas y armónicas.
5. Que prevalezca ante todo el “interés nacional” y la mística actual que está flotando en el mundo moderno “enfrentar la pobreza”.
6. Que las leyes y reglamentos se fiscalicen eficientemente por un organismo competente y que se asignen los fondos correspondientes para tales fines provenientes, por ejemplo de los peajes, rodajes, etc.
7. Que se beneficien los ayuntamientos y municipios que la naturaleza los ha privilegiado con esos recursos naturales, aplicando leyes y mecanismos especializados.
8. Que la voluntad política aproveche esta coyuntura y resuelva de una vez por todas los problemas, dictando normas y leyes que armonicen el “Desarrollo con optimización y racionalización del aprovechamiento de los recursos naturales dominicanos”.
