Derramando el crecimiento económico

Las más recientes estadísticas sobre el ingreso en el país han revelado que, en los últimos tres años, la pobreza se ha reducido en la República Dominicana en un porcentaje importante y que, del mismo modo, la clase media ha crecido.

Las más recientes estadísticas sobre el ingreso en el país han revelado que, en los últimos tres años, la pobreza se ha reducido en la República Dominicana en un porcentaje importante y que, del mismo modo, la clase media ha crecido.Específicamente, el índice de pobreza se redujo a marzo de este año a un 32.1 %, distanciándose en forma apreciable del 42 % que mostraba a septiembre del 2012. Del mismo modo, un reciente estudio del Banco Mundial revela que la clase media se ha crecido en un 9% en los últimos tres años.

Esos resultados revelan que, a pesar de los niveles de desigualdad que persisten en el país, las decisiones de política económica adoptadas en los últimos años en los distintos ámbitos, unido al dinamismo de nuestra economía, han permitido alcanzar esta recomposición de la distribución del ingreso.

Aunque algunos, por puros motivos político-electorales, no lo quieran reconocer, la reducción ostensible de la pobreza y el crecimiento de nuestra clase media, le deben mucho a los esfuerzos del gobierno de presidente Danilo Medina en apoyar financieramente, a través de las visitas sorpresa, el desarrollo demiles de pequeños y medianos productores, de todos los rincones del país.

Ese apoyo del gobierno a tantos productores y sus proyectos ha redundado en la creación de cientos de miles de empleos en los últimos tres años, lo que ha contribuido a incrementar la producción agropecuaria nacional y ha sacado de la pobreza a miles de familias, impactadas del mismo modo por los planes sociales que desarrolla la actual administración a favor de sectores de bajos ingresos. Muchos de esos productores se han convertido en exportadores de productos básicos y manufacturados, lo que ha implicado el ingreso de divisas para el país.

Del mismo modo, una política monetaria acertada se ha traducido en bajos niveles de inflación y en una tasa de cambio real competitiva, que ha permitido preservar la capacidad de compra de los ingresos de los dominicanos, a pesar del gran rezago del salario real, que se ha estimado mantener los niveles de principios de la década de los ochenta.

Esta reducción de la pobreza e incremento de la clase media que hoy permiten a muchos dominicanos disfrutar de un mejor nivel de vida, hubiesen sido mayores si los salarios reales hubieran sido aumentados en los últimos años, y no solo precariamente ajustados por inflación. Esto así, porque, en definitiva, el régimen económico dominicano, tal como establece el art. 217 de nuestra Constitución, se orienta hacia la búsqueda del desarrollo humano, el cual lograremos, en mayor y mejor medida, si nos empeñamos –como recientemente planteó el Gobernador del Banco Central- que el envidiable crecimiento que ha tenido nuestra economía, se derrame en forma más equitativa, para beneficio de todos los que integran nuestra pirámide social, en especial de aquellos que aún permanecen en la pobreza.

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