Con la proximidad de las elecciones, cada vez se escucha más la cantinela de que el país está semi paralizado y se impone esperar hasta que se defina el panorama político para esta u otra decisión financiero-económica.
No puede esperarse menos en un país tan politizado como la República Dominicana y corresponde desear que el proceso electivo se desarrolle fluida y normalmente, por el éxito de la nación. Con la confianza de que así será, hay que rechazar dejarse influenciar por temores ni incertidumbre. Aun pierda “mi partido”, el país sigue y aquí se deberá continuar la pelea de la supervivencia, positivamente.
La clave es mantenerse motivado y preservar las esperanzas en el potencial del país a nuestro favor.