Santiago. A la tardanza en los trabajos de reconstrucción se suman las dificultades económicas por las que atraviesa el hospital regional José María Cabral y Báez que en cinco años ha acumulado una deuda de 46 millones de pesos.El director del centro de salud, Ernesto Rodríguez, explicó que la deuda la mantienen con un solo suplidor, la empresa Lindegas que suministra oxígeno. “La deuda es alta, pero estamos trabajando en el pago, aunque yo tengo apenas aquí siete meses y la deuda tiene cinco años”, informó el funcionario a elCaribe.
Sin embargo, negó que debido a la deuda contraída con los suplidores carezcan del oxígeno, como denunciaron algunos medios. Rodríguez dijo que están llegando a un acuerdo de pago con la empresa suplidora. Las precariedades en el hospital José María Cabral y Báez llegan a tal punto que médicos revelaron que muchas veces tienen que utilizar sus celulares hasta para ver estudios de rayos X.
Y es que la falta de equipos y medicamentos se constituye en el principal obstáculo para poder brindar un servicio de calidad y humano. “A veces cuando las familias de pacientes ven a uno con un celular, piensan que es chateando y resulta que casi siempre tenemos que utilizarlo hasta para ver los estudios que se hacen de rayos X, porque no contamos aquí con los equipos”, expresó uno de los galenos que no quiso identificarse.
Los trabajos de construcción del hospital iniciaron en julio del 2014 y aunque la promesa de entregar la primera etapa se hizo para concretizarla en enero del pasado año, a la fecha no se ha concluido. La inversión en la reconstrucción total del centro de salud es de aproximadamente dos mil millones de pesos.
Actualmente, falta ultimar detalles para terminar con el ala norte del centro de salud y avanzan en la construcción de un nuevo edificio de cuatro niveles que incluye parqueo soterrado. Para disminuir las dificultades, a mediados del 2015 se inició el proceso de traslado de algunas áreas al Edificio Profesional, en la avenida Las Carreras.
