Diversidad lingüística de la isla Española III

En el capítulo introductorio a “The Archaeology of the Caribbean” (ISBN-13 978-0-511-34275-2), Samuel M. Wilson, luego de exponer la gran diversidad cultural del Caribe de la actualidad, relata que “… las visiones tradicionales del Caribe…

En el capítulo introductorio a “The Archaeology of the Caribbean” (ISBN-13 978-0-511-34275-2), Samuel M. Wilson, luego de exponer la gran diversidad cultural del Caribe de la actualidad, relata que “… las visiones tradicionales del Caribe del precontacto, basadas en parte sobre perspectivas etnohistóricas erradas habían dividido el archipiélago entre solo dos grandes y relativamente homogéneos grupos: los arahuacos y los caribes. En esa visión, que se inició cuando el imperfecto intento de Colón por entender la situación cultural que encontró, los caribes isleños eran ´guerreros´ de arribo reciente en campañas de conquista desde la Tierra Firme de Sudamérica a través de las Antillas Menores. En las Antillas Mayores, de acuerdo a esta historia, los arahuacos o taínos vivían en paz en sus villas. La historia de los pacíficos arahuacos y los invasores caribes todavía se enseña en las escuelas caribeñas …” (traducción mía).

Por su parte, Julian Granberry (Cuba Arqueológica | Año V, núm. 1 | 2012), señala que “durante el tiempo de la intervención española en el Caribe, había siete diferentes comunidades de lenguas en Las Antillas: (1) ciboney taíno en La Española (el centro y sur de Haití), toda la Cuba central, todas las islas Lucayas, excepto las del sur, y Jamaica; (2) macorís, en dos dialectos, en la sección norte de la República Dominicana en La Española; (3) ciguayo en la península de Samaná del nordeste de La Española; (4) guanahatabey en la provincia de Pinar del Río del extremo occidental de Cuba; (5) taíno clásico en La Española (sobre todo la sección que es hoy la República Dominicana), Puerto Rico, Vieques,y las Islas Vírgenes y las islas de Sotavento; (6) Kalíphuna en las islas de Barlovento; y (7) caribe karina, también en las islas de Barlovento”.

Ambos autores están de acuerdo de que la primera migración a las Antillas Mayores provino hace unos 6,000 años, “cuando el pueblo ancestral de los ciguayos, migrando hacia el este desde la costa de Belice-Honduras al mar Caribe, descubrieron y se asentaron en las entonces deshabitadas Antillas Mayores. El lenguaje ciguayo, hablado solamente en la extrema península nordeste de La Española en 1492, era un lenguaje cuyos paralelos más cercanos son con los lenguajes tolenses de la costa hondureña de Centro América, y datos glotocronológicos sugieren una separación del ciguayo ancestral del flujo tolense en Centro América muy antes del 3,000 a.C”. Y sobre la extensión de la lengua ciguaya: “Los datos lingüísticos que tenemos indican una presencia ciguaya solamente en La Española en 1492, pero datos arqueológicos indican una presencia más temprana en Cuba y en Puerto Rico también…” Continuará.

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