Duarte: paradigma de rendición de cuentas

El 2013 ha sido designado por el Poder Ejecutivo “Año del Bicentenario del Natalicio de Juan Pablo Duarte Diez”, por cumplirse el…

El 2013 ha sido designado por el Poder Ejecutivo “Año del Bicentenario del Natalicio de Juan Pablo Duarte Diez”, por cumplirse el pasado 26 de enero, los 200 años del nacimiento del prócer de la independencia. La figura de Duarte ha sido dejada casi en el olvido, pues lamentablemente, se han escrito más obras sobre Trujillo que sobre su persona. El Gobierno dominicano y diversas personalidades e instituciones educativas, históricas y culturales, entre las que se encuentran los ministerios de Educación y de Cultura, la Academia de Historia, el Instituto Duartiano, entre otras, llevan a cabo durante todo este año un extenso programa de actividades (eucaristías, conferencias, concursos literarios, ofrendas florales, circulación de libros, competencias deportivas, reconocimientos, etc.) para celebrar este magno acontecimiento.

Todas estas actividades estarán coordinadas por la Comisión Permanente de Efemérides Patrias que preside el licenciado Juan Daniel Balcácer. Todas serán de una importancia trascendental para las presentes y futuras generaciones, porque contribuirán a despertar el fervor patriótico al rescatar nuestros valores y símbolos patrios, dando a conocer la vida y obra de quien fue capaz de ofrendar hasta su vida y sacrificar sus bienes materiales y los de toda su familia, con la finalidad de dejarnos una patria libre y soberana de toda potencia extranjera; libre del analfabetismo, de la esclavitud, de injusticias y de desigualdades sociales.

Ante la casi total ausencia de una cultura de rendición de cuentas, considero el momento más propicio para emular el legado del Padre de la Patria, cuando él rindió su informe histórico a la Junta Central Gubernativa, el 12 de abril del año 1844, dando a conocer en qué había gastado parte del dinero que se le había entregado como jefe del Ejército para una jornada en el Sur del país, devolviendo al erario público la parte no utilizada. Con esta actitud, Duarte se convirtió en el primer dominicano que presentó una rendición de cuentas al país.

Sin temor a equivocarme, considero que el mejor homenaje y reconocimiento que se le pueda rendir al patricio, el mayor monumento que se pueda construir en su honor en el bicentenario de su natalicio, es que cada funcionario público, cada ministro, director, alcalde, legislador y todo el que maneje recursos públicos, imite el ejemplo del fundador de nuestra soberanía, rindiendo cuentas de los recursos que fueron puestos a su disposición, actuando siempre con la debida transparencia, honestidad y con vocación de servicio, tal como lo hizo él en cada uno de sus actos.

Rendir cuentas no es más que informar y dar a conocer al país qué cantidad de recursos recibimos, cómo y para qué los recibimos; cómo, cuándo y dónde fueron invertidos y si en verdad se hizo atendiendo a las necesidades y al reclamo de la ciudadanía. Si así lo hacemos, el sacrificio y el martirio sufrido por el Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte Diez, valió la pena. Cumplamos con su insistente pedido: “Trabajemos por y para la patria, que es trabajar para nuestros hijos y para nosotros mismos”. “Aprovechemos el tiempo”.

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