EEUU debe ser considerado

El papel que le ha tocado jugar a la República Dominicana ante las dificultades de los haitianos para sobrevivir es bastante complejo.

El papel que le ha tocado jugar a la República Dominicana ante las dificultades de los haitianos para sobrevivir es bastante complejo. Ahora, el Este de la isla es una oportunidad para cientos de miles de nuestros vecinos a donde vienen a trabajar o viajar a Estados Unidos. Al mismo tiempo, organizaciones hostiles a la Nación denuncian sistemáticamente supuestos maltratos y discriminación contra los inmigrantes ilegales.

La semana pasada el departamento de Estado de los Estados Unidos arremetió repitiendo la ya conocida historia, pero no pasan las horas cuando vienen noticias contradictorias desde el Norte. El jefe del Comando Sur, general John F. Kelly, reconoce la labor de las autoridades dominicanas para contener el flujo migratorio a través del mar hacia Puerto Rico y otras posesiones norteamericanas.

Y en ese contexto hace un reconocimiento:  “Afortunadamente, la República Dominicana es un socio importante en la contención de los flujos migratorios y ellos trabajan con gran tesón para encontrar una solución al tema de los aproximadamente 200 mil haitianos que residen allá” (sic), dijo Kelly ante el Comité de los Servicios Armados de la Cámara de Representantes del Congreso, donde analizó el impacto que puede tener en Centroamérica y el Caribe la desestabilización de Venezuela, por su política amigable y de buena voluntad con Petrocaribe.

Mientras a Kelly le preocupa la oleada migratoria desde el Caribe, precisamente este lunes su país anunció la extensión hasta enero de 2016 del beneficio migratorio temporal en favor de los haitianos, lo que se ha constituido en un estímulo para la migración.

Esa política ha tenido un efecto negativo para el país, pues con la seguridad que tienen los haitianos de que mediante ese beneficio pueden ingresar a territorio norteamericano con garantía de empleos, la costa Este de la isla se ha convertido en un embarcadero.

A las autoridades nacionales les ha correspondido “controlar” esos flujos con muy altos costos y lamentables pérdidas humanas, lo que constituye un elemento nuevo a la masiva presencia haitiana.

En vez de denunciar, Estados Unidos debe ser cuidadoso de sus relaciones con República Dominicana, a la cual valora “como socio importante”, pero al mismo tiempo la denuncia como violadora de los derechos humanos.

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