La mayoría de los call centers del país operan en condiciones laborales brutales con horarios superiores a la jornada de ocho horas, sin seguridad, con restricciones para los empleados hacer sus necesidades fisiológicas, las mujeres sometidas al acoso sexual de los superiores, y en muchos casos despedidos sin prestaciones.
Los empleados son sometidos a un régimen laboral estresante de ocho y nueve horas sentados en un mismo lugar, dos “break” o descanso al día de 15 minutos para desayunar e ir al baño y media hora de almuerzo.
“Si una persona se pasa con tan solo un minuto en algunos call centers lo amonestan y en otros les descuentan los 15 minutos completos”, explica Miguel Emilio Jiménez directivo del Sindicato Nacional de Trabajadores de Call Centers.
Explica que a muchas mujeres se les exige tener relaciones sexuales con los gerentes para conseguir o mantener el empleo, mientras a otras se les insinúan como paso para lograr algún ascenso.
Narra que en algunas empresas los empleados trabajan en una nave totalmente cerrada para evitar la penetración de ruidos, a veces sin acondicionadores de aire, sin luces de emergencia, sin extintores ni un plan de seguridad ni de evacuación para emergencias.
“El otro día hubo un conato de incendio en una nave, las puertas de emergencia estaban cerradas, se veía el humo y los supervisores decian que siguieran trabajando, minutos después vocearon a los empleados que salieran, que eso se estaba quemando”.
Quienes intentan reclamar sus derechos mediante la afiliación a un sindicato son cancelados y en ocasiones se utilizan subterfugios para despedirlos sin darles sus prestaciones. Más del 90% de los despedidos decide no reclamar sus derechos ante el Ministerio de Trabajo por lo costoso del proceso y el tiempo que puede transcurrir para lograr un fallo.
Desequilibrio salarial
En parte de los call centers no existe una escala salarial, sino que el sueldo lo fija el mercado y la capacidad de negociación de cada empleado en particular. Los salarios van desde los 80 y 90 pesos por hora, en los centros no regulados, hasta 150 y 160 en aquellos de mayor capital.
Hay call centers a los cuales se les paga 25 dólares por cada llamada que un agente recibe, pero esa misma persona puede atender 70 llamadas o más al día, con lo que estaría produciendo poco más de mil 750 dólares, sin embargo, al operador se le paga la hora a dos dólares con 89 centavos. Los horarios de trabajo son rotativos y hay varias disponibilidades. De 8:00 de la mañana a 9:00 de la noche están abiertos algunos, otros laboran 24 horas. Laboran de 8:00 a 5:00; de 10:00 a 7:00 y de 12:00 a 9:00, lo que imposibilita a muchos estudiar y salir del círculo de la pobreza, viéndose en el dilema de trabajar o estudiar.
El aporte del sindicato
A regañadientes de muchos propietarios, los sindicalistas se han convertido en una fuerza de defensa de los trabajadores de call centers y en la actualidad protagonizan litis por los derechos de sus afiliados.
Otros empleados de los centros que funcionan de manera extraoficial porque no son registrados por sus propietarios, no están integrados al sindicato, pero se trabaja para hacerlo y proteger sus intereses como mandan las leyes sindicales del país.
El sindicato está registrado ante el Ministerio de Trabajo mediante el registro 02-11 y también están afiliados a la Confederación Nacional de Unidad Sindical y a Fenatrazona.
Algunas políticas de redistribución
Aunque son muy pocos, existen call centers conscientes de su compromiso con el bienestar del empleado y su familia e implementan políticas dirigidas a ayudarlos en la reducción de sus gastos. Alorica Call Center es una de esas.
Cuenta con un programa para que los empleados puedan adquirir alimentos en una empresa que lleva las raciones hasta las instalaciones. Cuentan con un comedor donde el empleado almuerza en condiciones dignas.
En el mismo lugar se autorizó la instalación de una compañía de préstamos que los empleados utilizan sin padecer por el “módico 20%” y las cuotas son descontadas por nómina.
Para atraer empleados de la competencia y mantener los que tiene, creó una guardería-escuela infantil donde sin costo adicional los hijos de empleadas son cuidados y educados por un equipo de profesionales mientras las madres trabajan.
