Todos los servicios de salud del país donde se trate a pacientes que cursen aborto espontáneo deberán ofrecer servicio de consejería y anticoncepción, que contribuya a su empoderamiento en la prevención de embarazos no deseados.
Así está contemplado en el Protocolo de Atención para Obstetricia y Ginecología, elaborado por el Ministerio de Salud, que en su capítulo para el manejo del aborto, establece que las mujeres adultas y adolescentes que lleguen a las clínicas y hospitales con un aborto en curso, tienen que ser orientadas sobre el espaciamiento óptimo entre embarazos, en favor de la salud de la usuaria y de la prevención de las muertes maternas, neonatales e infantiles.
El manual puesto en circulación esta semana por el director del Servicio Nacional de Salud (SNS), Nelson Rodríguez Monegro, resalta en su parte introductoria que la cuarta causa de mortalidad materna en el mundo, está relacionada con abortos inseguros.
El protocolo que será repartido a todos los especialistas del área, manda al personal involucrado en la prestación de los servicios de salud sexual y reproductiva, a ofrecer un trato humanizado, respetuoso y sensible a las pacientes, con una actitud neutral y libre de discriminaciones y preservar la confidencialidad en el manejo de los casos.
El protocolo también abarca las pautas para el manejo para la prevención y el manejo de la hemorragia postparto primaria; para el desprendimiento prematuro de placenta, tratamiento de hipertensión del embarazo, y el parto normal.
Al encabezar el lanzamiento del protocolo, Rodríguez Monegro dijo que esto forma parte de los esfuerzos del Gobierno por reducir la tasa de muertes maternas a 70 por 100 mil nacidos vivos.
Apoyo emocional y atención psicológica
Igualmente, el personal sanitario está llamado a identificar si la paciente requiere apoyo emocional y atención psicológica, en especial cuando se trate de menores de edad, con baja escolaridad, con antecedentes de depresión, tendencias suicidas, con signos de abuso sexual o que sean portadoras del síndrome de inmunodeficiencia adquirida. Un aborto involuntario es aquella pérdida espontánea de un feto antes de la semana 20 del embarazo, cuya atención puede realizarse a través de métodos farmacológicos o quirúrgicos.
