Evo se pasó

El presidente Evo Morales, que capitalizó al límite la presencia del Papa Francisco en Bolivia, iba muy bien hasta el momento del intercambio de souvenirs. Evo había conseguido incluso que el Papa hiciera una moderada declaración favorable a la salida de su país al mar, lo que se buscaba, pese al desagrado esperado de Chile. Pero Evo se extralimitó cuando le presentó al Santo Padre un Cristo crucificado sobre una hoz y un martillo, símbolo del comunismo internacional, aunque de la simpatía de ciertos curas del Continente. El Papa no pudo ocultar la molestia, y rechazó tan grotesco, estúpido y hasta irrespetuoso regalo. El progresismo del Papa no llega tan lejos. Evo la botó de faul.