Hoy es 14 de agosto. Un 14 de agosto, pero de 1977, es una fecha que los deportistas de República Dominicana, especialmente quienes son fanáticos del boxeo, nunca van a olvidar.
No quiero sobredimensionar ese día en el que se registró la trágica muerte del boxeador dominicano Fausto –Ceja-Rodríguez, quien era sólido campeón nacional welter.
Ceja Rodríguez perdió la vida junto a su esposa y un pequeño hijo. Un niño que no había cumplido dos años.
En el accidente salvó la vida una infante, también hija de la pareja Rodríguez, de apenas un año.
Igualmente salvó la vida milagrosamente Luis Rodríguez, sobrino de Ceja.
Como la historia es siempre verdad, pues debo recordarla. Y recordar –con acentuada tristeza- la muerte de nuestro popular monarca nacional de las 147 libras.
Lo reitero: Fausto –Ceja- Rodríguez ha sido el boxeador más carismático de todos los tiempos… ¡y uno de los más carismáticos en la historia de todo el universo deportivo nacional! Cuando se produjo su sorpresiva muerte, a Ceja Rodríguez le sonreía el futuro.
Estaba cerca de ir a una pelea por el campeonato mundial welter.
Su rival sería el mexicano Carlos Palomino, quien a la sazón era el monarca welter del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).
Hay que ratificarlo: La sentida muerte de Ceja Rodríguez, un querido hijo del barrio San Carlos (también mi barrio), constituyó un duelo nacional.
No sólo cientos de miles de deportistas dieron muestra de dolor por su trágica muerte, sino gran parte de la nación.
Ceja, no te olvidamos
La ida sorpresiva de Ceja Rodríguez es una muerte que nunca se olvida.
Los jóvenes sancarleños de ese momento –algunos de los cuales, como yo, estábamos en la esquina de las calles Juan Bautista Vicini y Alvaro Garabito cuando conocimos la infausta noticia- nunca vamos a olvidar a “Cunino”, como era conocido en San Carlos.
Ceja, a 35 años de tu partida, ¡no te olvidamos!
