Grave desorden

El sábado, transitando por la Winston Churchill, me sobrecogió comprobar que ni siquiera en medio de la conmoción del reciente accidente en la Autovía del Nordeste, con 13 muertos y 23 heridos, mostramos disposición de respetar las normas de…

El sábado, transitando por la Winston Churchill, me sobrecogió comprobar que ni siquiera en medio de la conmoción del reciente accidente en la Autovía del Nordeste, con 13 muertos y 23 heridos, mostramos disposición de respetar las normas de tránsito con el debido rigor. Varios conductores violaron sin pudor la luz roja, que es la clase de conducta detrás de nuestros altos índice de accidentes viales y víctimas por su causa.

Alentados por la falta de sanción, choferes manejan ebrios o se comportan por hábito como propensos a relajar toda norma de prudencia al conducir, actuando como potenciales asesinos en zonas urbanas y, peor, en carreteras. Llega la campaña electoral. ¿Oiremos a nuestros políticos proponer soluciones al grave problema del tránsito? l

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