El expresidente Hipólito Mejía debería ya controlar sus emociones. Además, tiene que saber que hace mucho, pero muuucho tiempo, que pasaron los tiempos en que la boconería y las bravuconadas rendían sus efectos. Esa reiteración en sus pronunciamientos de que “Miguel Vargas se va de la presidencia del PRD por las buenas o por las malas” más que beneficiar las posiciones de Mejía lo que hacen es alejarlo del respeto y la consideración de la gente que aún tiene esperanzas de que los políticos del patio podrán algún día arribar a escenarios donde superen sus diferencias con el diálogo y la decencia. La ridiculez de seguirse creyendo de verdad aquello de “El Guapo de Gurabo” no le queda nada bien. Ya Hipólito se está pasando, y lo grande es que él mismo, y muchos de quienes le siguen, creen que se la está comiendo…y pudiera ser verdad…
Espléndidos
El bloque de diputados reformistas repite este año su tradición navideña de agasajar a los periodistas que cubren el Congreso Nacional con un fiestón donde tiran la casa por la ventana. El Gordito de Jarabacoa se luce con un baile a tres orquestas y la rifa de cinco carros y efectos por unos tres millones de pesos para los colegas que le han dado el posicionamiento mediático de que disfruta. Suerte y felicidades a los que resulten agraciados…
¡Qué pena!
He escrito y sostengo que cada día se acerca más el momento en que la gente decente abjurará definitivamente del ejercicio de la política en nuestro país. Si por resentimientos o envidia hay que pasar por procesos de amarguras y humillaciones, dejarán la política aquellos que tienen dignidad y deseos reales de servir a los demás. Nadie querrá exponerse a que por negarse a conceder privilegios irritantes y favores repugnantes le hagan un expediente y casi le quieran exorcizar llevándolo a los tribunales con acusaciones de corrupción carentes de pruebas. Como le están haciendo a Elías Wessin Chávez…