La integración del Caribe insular ¿mito o realidad? (7)

Hasta el momento, la región ha demos­trado ser incapaz de plantear un pro­yecto político estratégico que le permi­ta presentarse como actor importante y unido en el escenario internacional. La fragmentación que evidencia Amé­rica Latina y…

Hasta el momento, la región ha demos­trado ser incapaz de plantear un pro­yecto político estratégico que le permi­ta presentarse como actor importante y unido en el escenario internacional. La fragmentación que evidencia Amé­rica Latina y el Caribe tiene consecuen­cias negativas, particularmente porque la hace más vulnerable al impacto de la globalización, le impide percibir los fru­tos de los aspectos positivos y abre ma­yores espacios para el influjo del «lado oscuro» de la globalización…

Durante los últimos años se desarro­llaron en América Latina y el Cari­be iniciativas y acuerdos significati­vos que podrían contribuir a generar un mejor clima para esos procesos, abriendo oportunidades de coopera­ción recíproca y generando espacios de beneficios mutuos…[1]

Continúo no solo con el tema de la integración, sino exponiendo los esfuerzos de algunos de nuestros diplomáticos para que la República Dominicana aprovechara la oportunidad que ofrecía el CARIFTA. Recuerdo a los lectores, que los documentos de los que hemos hablado, hablaremos hoy y en próximas entregas, aparecen en mi libro publicado en el año 2002 por el Banco de Reservas que se titulaba “La política exterior dominicana, 1961-1974”, continuación de los tres tomos que habían sido publicados en 1998 bajo el mismo título pero que correspondían a los años 1844-1961. La obra en cuestión tiene dos tomos. El primero es un análisis de la política exterior y fue titulado: “13 años de política exterior. Apuntes para un nuevo enfoque.” El tomo II llevaba por título: “La política exterior dominicana. Del caos al abandono. 1961-1974.” Este tomo es una compilación de toda la documentación que pudimos rescatar de los archivos de la Cancillería.

Nos quedamos haciendo referencia a un documento publicado en julio de 1970 en el Tomo II de la obra. En efecto, en fecha 27 de julio de 1970, el Sr. Nouel remitía al Canciller un detallado informe de los logros que había obtenido el CARIFTA en sus cinco años de fundado. Por su importancia, dedicaremos el artículo de hoy a trabajar este importante documento [2]. El Sr. Nouel inicia su informe ofreciendo algunas bondades del CARIFTA en sus pocos años de formado. Veamos:

Una suma considerable de expansión de comercio ha tenido lugar como resultado de CARIFTA y afortunadamente en un tiempo en que como la mayor parte de las regiones en desarrollo del mundo, las totales exportaciones comerciales de Trinidad y Tobago han sido muy lentas, mientras que las importaciones totales continúan en aumento.

Un total de exportación de Trinidad y Tobago a países de CARIFTA aumentó a $78.6 millones en 1969, un 35% de aumento sobre 1968: las exportaciones totales a países de la Commonwealth del Caribe fue de $82.7 millones, un aumento de 33% sobre 1968.

Las exportaciones totales de CARIFTA…sobrepasan las exportaciones totales al Reino Unido (92.7 millones en 1969) las exportaciones totales a países fuera de la Commonwealth del Caribe fueron de $101 millones en 1969.

Las importaciones totales de CARIFTA en 1969 fueron de $19.2 millones, un aumento del 33% sobre 1968, mientras que las importaciones totales de países de la Commonwealth del Caribe fueron de $101 millones en 1969….[3]
No cabe duda que el Sr. Nouel veía grandes oportunidades para el país. Por esta razón, como hemos visto a lo largo de estos dos artículos, no perdía oportunidad alguna para comunicar a sus superiores, el Canciller o el Secretario Técnico de la Presidencia, la bondad del tratado y las oportunidades que se abrirían para el país. Estos números, a pesar de que la iniciativa tenía solo unos cuantos años, presentaba, a juicio del diplomático, una coyuntura única para los dominicanos, pues podrían aprovechar ese nuevo mercado para exportar nuestros productos agrícolas, principalmente:

Esto indica una esfera de acción todavía presente para nuestros fabricantes para aumentar el valor añadido a nuestras exportaciones a CARIFTA con el fin de ser calificados bajo el acuerdo para producciones de tarifas.

Los firmantes del tratado anticiparon que en los primeros años de sus operaciones, los principales beneficiarios en términos de expansión de comercio serían los países relativamente más desarrollados de CARIFTA.

Esto significa, que la mayoría de las expansiones han tenido lugar entre los mismos países desarrollados de CARIFTA….[4]

Pero no todo era color de rosa. La asimetría de las economías caribeñas era una realidad más que evidente. El mayor beneficio del CARIFTA lo estaban recibiendo Jamaica y Trinidad y Tobago. Por esta razón, los países más pequeños, con menor capacidad productiva agrícola e industrial, solicitaban, demandaban, es más, exigían, mecanismos de ayuda y protección:
Sin embargo… como el programa para la localización de industrias en los territorios menos desarrollados se materializa y el Banco de Desarrollo del Caribe comienza a hacer sentir su presencia en los países menos desarrollados, harían bien en tomar completa ventaja en las operaciones del protocolo de mercadeo de agricultura, el cual encomienda a los territorios desarrollados a tomar unas 32 mercancías de agricultura del área antes de importar del exterior….[5]

Sus voces fueron escuchadas. Se tomaron medidas correctivas y se crearon nuevos mecanismos, a saber:

Para evitar la anticipada polarización de desarrollo que resultaría si el comercio fuera tan solo libre entre países de CARIFTA que tienen diferentes niveles de desarrollo, ciertos mecanismos fueron construidos en el acuerdo con el fin de asegurar que los beneficios fueran compartidos equitativamente.
Estos mecanismos son: la previsión de una lista de reserva dando a los países menos desarrollados 10 años para sus operaciones; protección de tarifa para pequeñas industrias en países menos desarrollados, el protocolo de mercadeo de agricultura que garantiza un mercado para unos 32 artículos de agricultura…
Mientras tanto y en respuesta a continuas quejas de países menos desarrollados de que los fabricantes y exportadores están explotando sus ventas accediendo en prácticas restrictivas, el Consejo de CARIFTA ha acordado organizar Juntas de Investigación cuando se haga necesario investigar cualquier queja específica. [6]
El Sr. Nouel concluye su informe con elogios hacia la iniciativa y asegura que:
La Commonwealth del Caribe puede solo esperar limitados beneficios de CARIFTA como está ahora, y solo obtendrá los enteros beneficios de la integración económica del área por la implementación de las resoluciones de los Cinco Jefes de Gobierno tratando con la creación de una viable Comunidad Económica del Caribe. [7]

El informe de Nouel rindió sus frutos. Al año siguiente se hicieron serios esfuerzos por ingresar al CARIFTA, pero ese tema será objeto de otro artículo pues el espacio se agotó. 

___________________________________
[1] Francisco Rojas Aravena, “La Celac y la integración latinoamericana y caribeña. Principales claves y desafíos”, Nueva Sociedad No 240, julio-agosto de 2012, ISSN: 0251-3552, <www.nuso.org>.
[2] Oficio 83 del 27 de julio de 1970, Kingston, Jamaica, al Dr. Eudoro Sánchez y Sánchez, Secretario Técnico de la Presidencia, del Sr. Carlos Nouel A., Encargado de Negocios, en Mu-Kien Adriana Sang, Ibídem, p. 304 y siguientes.
[3] Ibídem
[4] Ibídem.
[5] Ibídem.
[6] Ibídem
[7] Ibídem

Recuerdo a los lectores, que los documentos de los que hemos hablado,  hablaremos hoy y en próximas entregas, aparecen en mi libro publicado en el año 2002 por el Banco de Reservas que se titulaba “La política exterior dominicana, 1961-1974”,  continuación de los tres tomos que habían sido publicados en 1998 bajo el mismo título pero que correspondían a los años 1844-1961.  La obra en cuestión tiene dos tomos. El primero es un análisis de la política exterior y fue titulado: “13 años de política exterior. Apuntes para un nuevo enfoque.”  El tomo II llevaba por título: “La política exterior dominicana. Del caos al abandono. 1961-1974.” 

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