La madrugada del domingo, en el Coliseo Roberto Clemente de San Juan, Puerto Rico, se registró el nocaut que pronostiqué.Me refiero a la contundente victoria que por nocaut técnico en el décimo asalto logró el mexicano Orlando Salido ante el puertorriqueño Juan Manuel -Juanma- López.
Literalmente fue una masacre la que sufrió Juanma López. Una masacre frente al mismo rival, su segunda derrota en su carrera profesional.
El mismo rayo cayó en el mismo lugar. Porque el pasado 16 de abril, también en Puerto Rico, Salido noqueó -en aquella ocasión en el octavo round- al excampeón boricua.
Repitió la historia y así dejó bien claro que lo que aconteció el 16 de abril de 2011 no fue una casualidad.
Con esta nueva victoria, Salido queda como un sólido monarca pluma de la Organización Mundial de Boxeo (OMB).
Mientras que Juanma López, con este nuevo fracaso -corrido y ante el mismo enemigo-, debe reflexionar y estar por lo menos seis o siete meses sin subir a un cuadrilátero.
Han sido dos amargas derrotas, sufridas en su tierra, ante su público. En el coliseo Roberto Clemente, para esta segunda riña, había más de 12,000 boricuas dándole calor a su paisano.
De un solo lado la pelea
La pelea, hasta el inicio del décimo asalto -cuando le llegó al boricua el fatídico final-, estaba de un solo lado. Así la veía este columnista. Aunque -¡qué barbaridad!- dos de los tres jueces tenían en sus cartulinas arriba a Juanma López.
El puntaje de esos oficiales decía que “iba ganando la pelea” 86-84, mientras que un tercer oficial la tenía “empate” 85-85.
El escenario estaba preparado para favorecer a Juanma López quien sólo tuvo un momento de brillantez: El quinto asalto cuando mandó a la lona a Salido.
Después de ese positivo round, Salido llevó la mejor parte. Desde el primer asalto el mexicano fue el hombre del ataque. Parecía que él era el retador. En síntesis, la madrugada del pasado domingo fue muy amarga para Juanma López tras ser devastado por Orlando Salido.
