Cuando se producen diferencias entre las personas, ya sean casos de familia, de relaciones de pareja o hasta conflictos entre vecinos, es común que los afectados tengan la intención de recurrir a los tribunales en procura del respeto de lo que entienden como su derecho.
Pero la acción de llevar un caso a los tribunales judiciales tiene una cantidad de implicaciones que resultan costosas tanto para las partes involucradas como para el propio Estado, toda vez que debe dedicar tiempo, personal y recursos económicos cada vez que se desarrolla un proceso judicial.
Por eso lo ideal es recurrir a la mediación, a un proceso de conciliación en el cual se puedan establecer acuerdos que procuren la armonía entre las partes y que eviten el trauma y sus consecuencias de llegar hasta un tribunal.
Por eso es positiva la labor que realiza el Centro de Mediación Familiar (Cemefa), una dependencia del Poder Judicial que se encarga, precisamente, de atender casos de conflictos entre ciudadanos y ciudadanas a los fines de buscarles solución antes de que se llegue a los tribunales. Incluso, hay casos ya en proceso judicial que pueden ser remitidos al Cemefa para facilitar su solución con consecuencias menos traumáticas o perjudiciales.
Conflictos de relaciones de parejas, ya sean casados y en unión libre, de negocios entre socios, contratos entre particulares, ocupación de espacios privados, diferencias entre vecinos y muchos otros llegan con frecuencia a las oficinas de Cemefa, que lamentablemente cuenta con un reducido personal y opera en un solo local. Lo ideal es que en cada provincia del país exista al menos un departamento de este organismo judicial y que siga ofreciendo como hasta ahora asistencia gratuita a la ciudadanía.
La ampliación de esta importante dependencia tendría un impacto muy positivo en la labor de solución de conflictos pequeños y simples que tienden a complicarse cuando se envían directamente a los tribunales, sin mediación previa.
