Norberto Santana Rivera nació en Santo Domingo. A la edad de ocho años ya realizaba sus primeros dibujos en sus cuadernos, cualidad que fue descubierta por sus padres, quienes vieron en su hijo el talento hacia la pintura y decidieron ofrecerle su apoyo. Santana Rivera es graduado en la Escuela Nacional de Bellas Artes, donde luego fue nombrado como profesor con apenas 21 años, oportunidad que le llegó, en vista de que los pintores de aquella generación, ya todos fallecidos, consideraron que tenía los conocimientos y cualidades para la enseñanza. A partir de ahí, desarrollo su carrera como pintor, escultor y profesor, para convertirlo en uno de los artistas dominicanos que tienen un concepto pictórico más claro de lo que es expresarse formalmente con todas las características de un depurado estilo. Durante su trayectoria profesional ha sido reconocido, en 2012, como “Profesor Meritísimo de la facultad de Artes de la UASD” y por UNIBE por sus aportes a la educación y las artes plásticas en el país.
¿Cómo fueron sus años de estudios?
Soy egresado de la Escuela de Bellas Artes. Fui alumno de Jaime Colson en la década del 60. Colson es el maestro indiscutible de toda la generación en este país que todavía estamos vivos, y casi todos los pintores que ya tienen mi edad fuimos, o alumnos en la escuela o discípulos en su estudio. Yo fui su alumno y su discípulo. Como ya es sabido, Colson murió como en el 74 ó 75, fue un gran pintor, no solamente porque fue mi profesor, sino porque, si no es el primero, es el segundo pintor más grande que ha dado el país. Fue un artista formado en Europa, donde aprendió todos los istmos europeos, modernismo…, y cuando vino aquí, impregnó de todo ese conocimiento a nuestras generaciones.
¿Cuáles fueron sus compañeros de estudios y qué recuerda de ellos?
Fuimos compañeros de estudios de una misma aula: Amable Sterling, Juan Medina, Alonso Cuevas, Iván Tobar, José Ramírez Conde…, y además hemos realizado trabajos juntos.
¿Cuál ha sido su producción?
He realizado más de 20 exposiciones individuales y más de 60 colectivas, tanto dentro como fuera del país. En la UASD realicé dos murales, uno que se llama “La UASD frente al pueblo”, que tiene dos mil 300 lozas de cerámica, la cual está en la Facultad de Ciencias Económicas; y otra obra titulada “Operativo médico”, ubicada en la Facultad de Medicina.
¿Cuáles temas le inspiran?
Mi inspiración parte de cualquier cosa que inexplicablemente me llame la atención, porque hay cosas conocidas y desconocidas en el lado humano. Decía un político por ahí que hay que recordar que en la vida hay cosas que se ven y cosas que no se ven, y las cosas que no se ven son más importantes que las que se ven. Entonces, hay cosas que yo veo que a lo mejor tú ves y no te llama la atención, pero a mí sí, porque yo llevo algo desconocido dentro que no sé porque me llamó la atención, entonces lo plasmo en colores. El ser humano lleva algo dentro que lo manifiesta, ya sea a través de la pintura, la música o en lo que se desempeñe.
¿Cuáles técnicas utiliza?
Yo pinto al óleo, acrílica. Mi estilo se puede llamar lirismo geométrico, porque está enmarcado dentro de la expresión genética de las formas.
¿Cuáles temas usted desarrolla?
Pues yo trabajo todos los temas. Paisajes, coloniales, marinas, bodegón, figura humana, que es a través de cual más me expreso. Abordo cualquier tema, un sueño bonito, de la vida real, del amor, del desnudo de ustedes las mujeres, que son tan bellas… Hay que saber una cosa y es que a pesar de que yo he abordado mucho el desnudo de la mujer, para aquellos que no lo sepan, el desnudo ha sido una constante en toda la historia del arte.
¿Podría hablarnos sobre ese tema?
Desde la época de los griegos se ha tratado este tema. Fueron ellos los que mayor representación hicieron del desnudo humano, seguidos por los romanos. Los egipcios también realizaban estos desnudos, pero era más bien de forma festiva, porque había una religiosidad que no era como los griegos, que era más viva y abierta. En la cultura egipcia estaba la figura humana siempre, pero vestida; los griegos no, ellos hacían desnudos de mujeres y hombres, y los romanos no. Casi toda la estatuaria latina es de mujeres desnudas. Entonces, el desnudo ha sido una constante, y todavía hoy por hoy los pintores lo utilizamos. Es decir, que el desnudo de las mujeres ha sido constante, no ha bajado. Las mujeres han adornado el mundo con esas curvas tan bellas.
¿Cuál es su consideración sobre la crítica de arte?
La crítica de arte, antes, cuando era un poco más joven, era una crítica más contundente, sobria, experta de por sí. Ahora yo no podría decir lo mismo. Ahora hay una serie de críticos de arte que les falta formación, que serán muy buenos en el futuro, pero que todavía no están formados, como era el caso de René Contín Aybar, el español Manuel Valdeperez… él fue el mejor crítico de arte que pasó por la República Dominicana. Es un crítico que ha escrito libros de crítica de arte; fue un gran experto también en la crítica literaria. También, María Ugarte.
Eran gentes superiores en la crítica…. Entonces, ahora hay nuevos críticos, pero no alcanzan a la belleza de la gente; críticos que necesitan información. Un crítico de arte no se forma en tres o cuatro años. Tiene que tener una cultura muy basta y una mente muy abierta para enfocar los diferentes estilos de arte, diferentes etapas. Yo creo que los críticos de arte ahora mismo son buenos, pero se están formando, todavía le falta.
Legado
Yo puedo decir con mucho cariño que las enseñanzas de Jaime Colson fueron columnas vertebrales para el arte dominicano”.
La crítica
Ahora mismo hay una serie de críticos de arte que les falta formación, que serán muy buenos en el futuro, pero que todavía no están formados”.
