Los daneses tienen todos esos índices positivos que los hacen “oficialmente” el pueblo más feliz del mundo, pero su felicidad no radica para ellos en esos parámetros, sino en el denominado “hygge” (lo acogedor o bueno para el alma): Relajarse y sentirse “en casa”, olvidándose de las preocupaciones de la vida. Cosas como amigos o familiares reunidos en casa para comer o tomar el té; el tiempo pasado leyendo un buen libro, sentarse frente a la chimenea en una noche fría mientras se bebe vino y se acaricia la mascota. El hygge es una actitud relacionada con el frío clima danés, pero no tiene que relacionarse necesariamente con el invierno, por lo que se considera una receta de felicidad “exportable”.
“La felicidad” (2 de 3)
Los daneses tienen todos esos índices positivos que los hacen “oficialmente” el pueblo más feliz del mundo, pero su felicidad no radica para ellos en esos parámetros, sino en el denominado “hygge” (lo acogedor o bueno para el alma): Relajarse&#
