La respuesta infalible cuando de niños llevábamos quejas a los adultos por molestias de otros pequeños: “no le hagas caso”. Historia continuada a nuestros hijos. Con el “no hagas caso” animé muchas veces a mi niña, si bien también ocasionalmente el consejo dado fue: “si te pegan, pegan; si te fuñen, fuñe”.
En general vivir enseña que hacer caso omiso es la opción indicada frente a ciertas situaciones; filósofos modernos lo analizan. Qué queda más que no hacer caso a los líos de Hipólito y Miguel o nuestra eterna cháchara política. A los conductores bocones. Imprescindible para mi salud mental y tranquilidad, “no hacer caso” a mi propia familia, a mí misma ni a mi crisis. l
