“La ilustración me traslada a otra dimensión”

El mundo de la moda ha cobrado una gran importancia en la República Dominicana. Muestra de ello es la gran cantidad de personas que han optado por especializarse en esta área, así como la serie de desfiles que se realizan durante todo el año.…

“La ilustración me traslada a otra dimensión”

El mundo de la moda ha cobrado una gran importancia en la República Dominicana.

El mundo de la moda ha cobrado una gran importancia en la República Dominicana. Muestra de ello es la gran cantidad de personas que han optado por especializarse en esta área, así como la serie de desfiles que se realizan durante todo el año.

La Escuela de Diseño de Altos de Chavón es una de las instituciones académicas que desde sus inicios se ha preocupado en ofrecer una formación de calidad en este campo. Durante este verano han diseñado una serie de cursos que buscan afianzar los conocimientos de sus participantes

De aquí que conversamos con la diseñadora de modas dominicana Carol Maura, quien forma parte del cuerpo de profesionales seleccionado por esta casa de estudios para transmitir sus conocimientos a todos los interesados.

De tus años en el Instituto Europeo di Desing (IED), ¿cuál fue tu mayor enseñanza? Estar en una escuela del calibre del IED, me dio la oportunidad de transculturizarme, expandir mis horizontes y concepto del mundo de la moda. Pero mi mayor aprendizaje ha sido la absorción de la cultura de todos los países y lugares que he visitado; el vivir experiencias únicas, laborales y de ámbito personal, fuera de mi país. Poder tener una visión real de la industria de la moda, desarrollarme como diseñadora y artista en un país tan competitivo como España.

El dibujo es una técnica básica en todo artista, pero quizás poco empleada en las propuestas actuales, ¿a qué crees que se deba? Creo que es debido a la globalización, a la rapidez con la que se está moviendo el mundo hoy día. Las propuestas digitales nos facilitan un ahorro de tiempo y dinero increíble, y más cuando se trata de propuestas para grandes empresas o producciones. También la calidad de imagen, por ejemplo, al momento de imprimir o presentar una propuesta nos facilita bastante el trabajo.

¿Dónde radica su magia? Yo prefiero la vieja escuela: los trazos, las líneas, las texturas. El encanto y la calidez son detalles que personalmente, creo que manualmente tienen una magia especial y única. Para mí, un papel en blanco, una paleta llena de colores y un buen pincel en las manos es el paraíso, aunque en ocasiones utilizo las herramientas digitales. En ocasiones son necesarias.

¿Cómo sería una rutina laboral tuya, artísticamente hablando? Soy un «animal» nocturno. Las musas llegan con la oscuridad. Suelo empezar con un proceso conceptual e investigativo de mis proyectos. Encuentro la inspiración en todas partes, desde el parque o el metro hasta movimientos artísticos, arquitectura, cine, cualquier personaje místico… Una vez resuelto, ¡manos a la obra! Boceto hasta el cansancio en busca de la perfección. De aquí paso a la fase del prototipo, la parte real y manual de la pieza, donde me doy cuenta que no todo lo que soné es posible, donde surgen los cambios y nacen las frustraciones. Mezcla de materiales, colores, tintes, texturas, pasión. Ya resuelto y convencida de que es “casi perfecto”, paso a la pieza final, que mimo y cuido hasta el más mínimo detalle, desde la terminación hasta el empaque.

Navegas en el mundo de la moda, ¿qué es lo que más te inspira de esta rama del arte? Para mí es una delicia poder perderme en el mundo textil y artesanal. El ennoblecimiento de las piezas, por ejemplo, es una de las ramas que más disfruto; así como la investigación y desarrollo conceptual del diseño. También me encanta mezclar la moda con arte. Modelar sobre el maniquí, no atarme a las directrices de un patrón.

A propósito de los cursos que impartes en Chavón, sobre ilustración y moda, ¿con qué tipo de conocimientos esperas que culminen los participantes? No sólo se trata de que los alumnos ilustren moda, sino de una búsqueda individual de su estilo. Prepararles para que tengan un trabajo con identidad en el mundo de la ilustración de moda, así como los conocimientos de todas las técnicas que puedan enriquecer su trabajo. Experimentar, mezclar y crear sin miedos ni tabúes.

¿Cómo evalúas la moda actual en el país? Llevo seis años fuera de la isla, vivo en la ciudad de Madrid, España, pero siempre intento estar al día e informada. Bajo mi percepción, el país ha sufrido un cambio bastante positivo, han surgido nuevas plataformas, rostros frescos y muy buenos trabajos. Pero no puedo negar que falta bastante para llegar a tener una industria de la moda competitiva. Deberíamos aprender a depurar las pasarelas dominicanas. No debemos olvidar que las pasarelas son lo que reflejamos como moda dominicana en el extranjero. La moda dominicana va por muy buen camino, sin embargo, debemos pensar que nunca es suficiente; y seguir refinando y trabajando el campo.

¿Cómo defines tu personalidad? Ecléctica, curiosa, soñadora, perfeccionista y ambiciosa.

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El mundo de la moda ha cobrado una gran importancia en la República Dominicana. Muestra de ello es la gran cantidad de personas que han optado por especializarse en esta área, así como la serie de desfiles que se realizan durante todo el año. La Escuela de Diseño de Altos de Chavón es una de las instituciones académicas que desde sus inicios se ha preocupado en ofrecer una formación de calidad en este campo. Durante este verano han diseñado una serie de cursos que buscan afianzar los conocimientos de sus participantes. De aquí que conversamos con la diseñadora de modas dominicana Carol Maura, quien forma parte del cuerpo de profesionales seleccionado por esta casa de estudios para transmitir sus conocimientos a todos los interesados.

De tus años en el Instituto Europeo di Desing (IED), ¿cuál fue tu mayor enseñanza?
Estar en una escuela del calibre del IED, me dio la oportunidad de transculturizarme, expandir mis horizontes y concepto del mundo de la moda. Pero mi mayor aprendizaje ha sido la absorción de la cultura de todos los países y lugares que he visitado; el vivir experiencias únicas, laborales y de ámbito personal, fuera de mi país. Poder tener una visión real de la industria de la moda, desarrollarme como diseñadora y artista en un país tan competitivo como España.

El dibujo es una técnica básica en todo artista, pero quizás poco empleada en las propuestas actuales, ¿a qué crees que se deba?
Creo que es debido a la globalización, a la rapidez con la que se está moviendo el mundo hoy día. Las propuestas digitales nos facilitan un ahorro de tiempo y dinero increíble, y más cuando se trata de propuestas para grandes empresas o producciones. También la calidad de imagen, por ejemplo, al momento de imprimir o presentar una propuesta nos facilita bastante el trabajo.

¿Dónde radica su magia?
Yo prefiero la vieja escuela: los trazos, las líneas, las texturas. El encanto y la calidez son detalles que personalmente, creo que manualmente tienen una magia especial y única. Para mí, un papel en blanco, una paleta llena de colores y un buen pincel en las manos es el paraíso, aunque en ocasiones utilizo las herramientas digitales. En ocasiones son necesarias.

¿Cómo sería una rutina laboral tuya, artísticamente hablando?
Soy un “animal” nocturno. Las musas llegan con la oscuridad. Suelo empezar con un proceso conceptual e investigativo de mis proyectos. Encuentro la inspiración en todas partes, desde el parque o el metro hasta movimientos artísticos, arquitectura, cine, cualquier personaje místico…Una vez resuelto, ¡manos a la obra! Boceto hasta el cansancio en busca de la perfección. De aquí paso a la fase del prototipo, la parte real y manual de la pieza, donde me doy cuenta que no todo lo que soné es posible, donde surgen los cambios y nacen las frustraciones. Mezcla de materiales, colores, tintes, texturas, pasión. Ya resuelto y convencida de que es “casi perfecto”, paso a la pieza final, que mimo y cuido hasta el más mínimo detalle, desde la terminación hasta el empaque.

Navegas en el mundo de la moda, ¿qué es lo que más te inspira de esta rama del arte?
Para mí es una delicia poder perderme en el mundo textil y artesanal. El ennoblecimiento de las piezas, por ejemplo, es una de las ramas que más disfruto; así como la investigación y desarrollo conceptual del diseño. También me encanta mezclar la moda con arte. Modelar sobre el maniquí, no atarme a las directrices de un patrón.

A propósito de los cursos que impartes en Chavón, sobre ilustración y moda, ¿con qué tipo de conocimientos esperas que culminen los participantes?
No sólo se trata de que los alumnos ilustren moda, sino de una búsqueda individual de su estilo. Prepararles para que tengan un trabajo con identidad en el mundo de la ilustración de moda, así como los conocimientos de todas las técnicas que puedan enriquecer su trabajo. Experimentar, mezclar y crear sin miedos ni tabúes.

¿Cómo evalúas la moda actual en el país?
Llevo seis años fuera de la isla, vivo en la ciudad de Madrid, España, pero siempre intento estar al día e informada. Bajo mi percepción, el país ha sufrido un cambio bastante positivo, han surgido nuevas plataformas, rostros frescos y muy buenos trabajos. Pero no puedo negar que falta bastante para llegar a tener una industria de la moda competitiva. Deberíamos aprender a depurar las pasarelas dominicanas. No debemos olvidar que las pasarelas son lo que reflejamos como “moda dominicana” en el extranjero.

Personalidad
Me defino como una persona ecléctica, curiosa, soñadora, perfeccionista y ambiciosa”

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La moda dominicana va por muy buen camino, sin embargo, debemos pensar que nunca es suficiente; y seguir refinando y trabajando el campo”

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Me defino como una persona ecléctica, curiosa, soñadora, perfeccionista y ambiciosa”

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