“Camp Rock: The Musical”, un montaje de alma joven

La música inspira a la juventud que con entusiasmo y disposición aspira a alcanzar la fama, ser popular, en primer lugar y, luego, tener acceso al dinero, que en la mayoría de los casos queda en un segundo plano.

La música inspira a la juventud que con entusiasmo y disposición aspira a alcanzar la fama, ser popular, en primer lugar y, luego, tener acceso al dinero, que en la mayoría de los casos queda en un segundo plano. Por lo menos en lo que se refiere al espíritu de los musicales inspirados en argumentos y personajes protagonizados por jóvenes.

Primero en la televisión, “Camp Rock” se convirtió en un escaparate para que adolescentes talentosos entraran por la puerta grande al showbusiness, y su éxito en la pantalla chica facilitó una adaptación para convertirse en el musical que también llegó, de la mano Bat Productions by Haffe Saba, al teatro de Bellas Artes.

“Camp Rock: The Musical” es el primer proyecto para Saba como productor general y artístico, tras su larga carrera trabajando en otros espectáculos en diferentes campos.

La historia, con una descarga de canciones que van entrelazando los entresijos circunstanciales (y existenciales) de los principales personajes de la obra, se desarrolla en un campamento que está al borde de cerrar sus puertas, debido al éxito del Camp Stars que funciona con un mayor nivel de profesionalidad, y con más recursos para seguir adelante desarrollando sus talentos en el negocio.
Es un trabajo coral en el que se reparten los roles casi con equidad, sin que prácticamente ninguno de los actores y las actrices tenga mucho campo para desarrollar sus personajes, teniendo oportunidad de los solos argumentales cuando tienen que interpretar alguna de las canciones.

Entre los rockers, la voz cantante se escucha con mayor ímpetu y soltura en Akari Endo, que hace de Mitchie Torres. Entre el resto de los participantes, ella brilla con luz propia, gracias a un personaje bien estructurado y la confianza con que va hilvanando su personaje. Ya antes le habíamos visto en “West Side Story”, “Esperanza” y en “Hight School Musical on Stage”.

Todo lo demás se reparte entre Axel Mansilla, César Pagán y Francisco Guerrero, teniendo como contraparte a Karoline Becker en el rol de Tess Tyler. Frank Francisco y Franshesca Izquierdo complementan –con sus altas y bajas– el engranaje interpretativo de los protagonistas de esta puesta en escena. Cuando asistimos a la premiere de una obra o un musical, quizás lo mejor está por venir en próximas funciones en la que el elenco, sobre todo cuando es joven, gana soltura y precisión en sus parlamentos y salidas.

Sin embargo, “Camp Rock: The Musical” es un espectáculo muy bien pensado para esos teenagers que se identificaron con la popular película original de Disney Channel (Camp Rock 2: The Final Jam).

El reto de trabajar con talento joven

Dos actores veteranos representan el soporte de la experiencia para muchos de estos jóvenes que se abren paso en el espectáculo. Ernesto Báez interpreta a Brown Cesario, mientras que Miguel Lendor (Papachín) es Axel Turner, ambos muy bien en sus roles que no tienen mucha cancha en el argumento.

Hay que resaltar el debut en la producción general de Haffe Saba, con un montaje en el que participan decenas de personajes que significan un reto para cualquier productor: poder manejar adecuadamentesegmentos con escenografías grupales, música, entradas y salidas que pueden resultar favorables para el desarrollo de la obra o en detrimento de la misma. Saba saldó su cuenta en su debut con este musical.

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