“Dios es mi mayor fuente de inspiración”

Siempre se ha dicho que el arte se lleva en las venas, y un ejemplo de esto ha sido Margarita Grau, quien desde temprana edad mostró la faceta de saber armonizar cada pieza que llega a sus manos.

Siempre se ha dicho que el arte se lleva en las venas, y un ejemplo de esto ha sido Margarita Grau, quien desde temprana edad mostró la faceta de saber armonizar cada pieza que llega a sus manos.Ella recuerda con mucho cariño que cuando jugaba con sus amiguitas, le encargaban  la tarea de organizar la casa y cambiar las muñecas.

Motivada por su destreza, su madre decidió  inscribirla en una escuela de manualidades donde aprendió a crear. Es así como empieza a elaborar tarjetas de Navidad y collares, oficio al que puso gran empeño y dedicación.

Con el paso del tiempo, Margarita se dio cuenta de que su verdadera pasión era la decoración y decidió inscribirse en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU) donde estudió la carrera de decoración de interior, de la mano de reconocidos maestros como Antonio Prats-Ventós, César Iván Feris y Benjamín Paiewonsky, quienes para ella fueron verdaderos forjadores de su preparación.

El amor por la naturaleza, aunado  a los conocimientos adquiridos, fueron las bases para que esta inquieta emprendedora supiera que la línea a seguir dentro de su profesión  sería el diseño de piezas con estilo rústico.

¿Qué toma en cuenta a la hora de realizar una decoración?
Lo primero es saber cuál es el presupuesto que tiene cada persona para el diseño que desea, luego poder estar en contacto con ellos para poder interpretarlos y crearles su hábitat, para que se sientan bien, me fascina.
También,  antes de planear cualquier proyecto decorativo, se debe tomar en cuenta el lugar donde se va hacer el mismo y el ambiente de contorno, pues los materiales que se usan en interior no son los mismos de un exterior.

¿Qué significa para usted este trabajo?
En mi profesión me inicié con lo que  es el diseño y remodelación de mueble. Luego me enfoqué al área del diseño de interior, específicamente lo que más me llama la atención son los estilos mezclados, como poder combinar lo contemporáneo con detalles étnicos, de ahí viene lo  de trabajar con materiales de la naturaleza.

¿A qué tipo de público están dirigidos sus servicios?
Yo trabajo con todo tipo de público, a nivel comercial con grandes empresas como bancos, y entidades públicas, he hecho diseños de oficinas, restaurantes, tiendas y hoteles.  En lo individual, he decorado casas, apartamentos y villas,  que es la de mayor demanda.

¿Qué le motivó a incursionar en un negocio propio?
Siempre he tenido la inclinación por los elementos naturales, y esto me motivó a crear una tienda donde los clientes pudieran encontrar artículos elaborados con materiales étnicos de nuestro país, para decorar sus casas, villas, empresas  o cualquier espacio.

¿Qué tipo de materiales utiliza en la elaboración de sus piezas?
Las piezas que tenemos disponibles han sido creadas con materiales naturales como, palos, troncos, hierro, maderas, algodón, sogas, nácar, ámbar, corales, ramas, semillas y también las telas, que aportan suavidad.
En mis trabajos yo integro piezas tanto nacionales como importadas.

¿Dónde fabrican los mobiliarios y piezas que ofertan?
Mi hijo Luis Eduardo, que es arquitecto, tiene un taller de su propiedad, allí  se encarga de hacer las piezas y mobiliarios de la tienda.  

¿Cómo es la aceptación de los dominicanos en el estilo rústico?
Ha sido muy buena. A pesar de que cuando se llena un espacio de todo rústico se ve muy recargado, si se sabe mezclar o cuando hay orientación se crea una armonía.

¿Cuál ha sido su mayor satisfacción?
Hacer algo de la nada, porque en ocasiones me ha tocado decorar espacios que eran simplemente locales o almacén y he tenido que convertirlos en una tienda, ver los cambios de un antes y un después me llena de mucha satisfacción.

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