Los fantasmas de Scrooge (1)

Presentamos al amigo lector una versión teatral para niños del Cuento de Navidad del novelista inglés Charles Dickens (1812- 1870),…

Presentamos al amigo lector una versión teatral para niños del Cuento de Navidad del novelista inglés Charles Dickens (1812- 1870), una obra cuya lectura es toda una delicia por su atmósfera cargada de hermosos sentimientos humanos. Escrita en 1842, su publicación tuvo un éxito inmediato, y ha sido, por su encanto, una de sus obras más leídas en todo el mundo. “Apenas tardó un mes en escribirla – dice José Méndez Herrera en la nota preliminar de [2])- y, como siempre, Dickens gozó y sufrió con ella, lo mismo que con todas sus obras, dejando que su corazón rebosante se desbordase. El sentimiento era para Dickens como una niebla inglesa que se le metía por todos los rincones del alma, y, ya perdido en ella, flotaba como algo ingrávido, como ese polvillo de oro flota, por contraste, en el rayo de sol que se cuela por la rendija”.

El título de la versión teatral es el mismo que encabeza este artículo y en la fuente de esa versión, la [1], no figura el nombre de su autor. El texto completo de este cuento de Dickens puede obtenerse gratis en el portal www.librodot.com. En la fuente [2] el título inglés, A Christmas Carol, es traducido Canción de Navidad. A continuación, la versión teatral:

Narrador – Era la época de Navidad en Londres. Vivía allí un hombre llamado Ebenezer Scrooge. Era un hombre muy trabajador, pero al mismo tiempo era una persona malvada, codiciosa, cruel y tacaña, que no sabía qué significaba la generosidad. Un día antes de Navidad, Scrooge y su empleado, Roberto “Bob” Cratchit, se encontraban trabajando en su oficina. Como de costumbre, Scrooge estaba contando su dinero, mientras Bob contaba los minutos para regresar a su hogar con su familia.

Bob Cratchit – (pensando) Tengo mucho frío en esta oficina, pero el Sr. Scrooge no quiere que encienda la estufa, dice que es un desperdicio de dinero.
Narrador – De pronto se abrió la puerta, y entró el sobrino del Sr. Scrooge.
Sobrino de Scrooge – ¡Feliz Navidad, tío!

Scrooge – ¿Navidad? ¡Tonterías! La Navidad es sólo una mentira.

Sobrino de Scrooge – No lo dices en serio, tío.

Scrooge – Claro que lo digo en serio. La Navidad es sólo una excusa para no trabajar. Además, ¿qué motivos tienes tú para ser feliz? ¡Eres tan pobre!
Sobrino de Scrooge – ¡Vamos, tío! Y, ¿qué motivos tienes tú para estar triste? ¡Eres tan rico!
Scrooge – ¡Bah!

Sobrino de Scrooge – No te enojes, tío.

Scrooge – ¿Por qué no habría de enojarme? Vivo en un mundo loco rodeado de tontos. ¡Feliz Navidad! ¿Qué es la Navidad? Es sólo una época para pagar cuentas con dinero que no tienes. Donde te ves a ti mismo un año más viejo, y no un minuto más rico. Una época en la que se compran regalos que no se pueden pagar.

Sobrino de Scrooge – ¡Pero tío!

Scrooge – ¡Sobrino! Véte a celebrar la Navidad a tu manera, y déjame a mi celebrar a mi manera.

Sobrino de Scrooge – Pero tío, sé que hay algunas cosas que no hice bien, algunas cosas que no supe aprovechar, y una de esas cosas es la Navidad. La Navidad, es el único dia en que la gente parece llevarse bien. Es un momento para perdonar, amar y ser caritativos. Es un tiempo donde la gente abre sus corazones. Tal vez, tío, la Navidad no me ha dado una moneda de oro o de plata, pero me hace bien, por eso digo: ¡Bendita sea la Navidad!

Scrooge – ¡Ohh! ¡Fue un discurso maravilloso! ¿Me pregunto por qué no trabajas para el gobierno?

Sobrino de Scrooge – No te enojes tío y ven a casa mañana. Mi esposa y yo estamos preparando una cena deliciosa, tú seràs nuestro invitado especial.

Scrooge – Gracias, pero ¡no!

Sobrino de Scrooge – Pero… ¿por qué, tío?

Scrooge – ¿Por qué tuviste que casarte?

Sobrino de Scrooge – Porque me enamoré.

Scrooge – ¿Porque te enamoraste? ¡Qué tengas un buen dia!

Sobrino de Scrooge – Pero, tío, nunca has venido a mi casa, y estás utilizando mi matrimonio como una excusa. Eso no es justo.

Scrooge – ¡Qué tengas un buen día!

Sobrino de Scrooge – No necesito nada de ti. Nada te pido. ¿Por qué no podemos ser amigos?

Scrooge – ¡Qué tengas un buen día!

Sobrino de Scrooge – Tío, siento que hayas tomado esa decisión, pero insisto en celebrar la Navidad, así que, !Feliz Navidad, tío!

Scrooge – Qué tengas un buen día, un Feliz Año Nuevo, y adiós.

Sobrino de Scrooge – Como quieras, tío. Y… Bob, que pases una Feliz Navidad.
Bob Cratchit – Le deseo lo mismo para usted, adiós.

Narrador – Entonces el sobrino del Sr. Scrooge se retiró de la oficina.

Scrooge – ¿Qué te parece? Un empleado que gana el salario mínimo, con esposa e hijos, hablando de una Feliz Navidad. ¡Debe estar loco!

Bob Cratchit – Señor, he terminado de hacer todas las cartas y de archivar las copias. También traje más leña y barrí las cenizas. Y, bueno, es hora de cerrar, Sr, Scrooge.

Scrooge – Bien, si ya terminaste tu trabajo, puedes irte ahora.

Bob Cratchit – ¿Sr. Scrooge? Mañana es Navidad, un día para pasarlo con la familia.

Scrooge – ¿Supongo que quieres el día libre?

Bob Cratchit – Bueno, sí, Sr. Scrooge, al fin y al cabo es Navidad.

Scrooge – ¿Navidad? Está bien. Tómate libre el dia de mañana, pero llega temprano al día siguiente.

Bob Cratchit – Sí, señor. Feliz Navidad, Sr. Scrooge.

Scrooge – Estupideces.

Narrador – Scrooge abrió la puerta y Bob Cratchit se fue a su casa. Entonces Scrooge regresó a su escritorio para terminar sus cuentas. Al cabo de unas horas, cerró sus libros de contabilidad y cerró la oficina. Cuando llegó a su casa subió las escaleras para ir a su dormitorio, se sentó en una silla al lado del fuego y comenzó a cenar. De golpe escuchó el sonido de unas viejas campanas, y un ruido fuerte y extraño que provenía del exterior.

Scrooge – ¡Quién está haciendo ese ruido! ¡Me habré quedado dormido!
Narrador – Pero el extraño ruido continuó, hasta que vio que un espiritu atravesaba la puerta del dormitorio.

Scrooge – ¡Creo que estoy soñando!

Espíritu de Marley – ¡No, esto no es un sueño!

Scrooge – ¡Te conozco! Eres mi socio, Marley. ¿Qué quieres de mí?

Espíritu de Marley – ¡Quiero mucho de ti! ¿Ves estas cadenas? Estoy encadenado a mis pecados.

Scrooge – ¿De qué pecados hablas? Fuiste muy trabajador y un buen negociador.
Espíritu de Marley – ¿Negociador? ¡Me aproveché de la gente! Mientras estuve vivo, nunca aprendí el valor del amor y de la caridad. Ahora tengo que vagar por la tierra, incapaz de encontrar la paz. ¡Escúchame, Scrooge! ¡Estoy aquí esta noche para advertirte! Aún tienes la oportunidad de cambiar, y si no lo haces, tendrás la misma suerte que yo. Escúchame bien, Scrooge, te visitarán tres espíritus. El primero llegará mañana cuando el reloj marque la una. El segundo llegarà al día siguiente a la misma hora. Y el tercero en la noche siguiente cuando el reloj dé la última campanada de las doce.

Narrador – Entonces el espíritu salió de la habitación flotando a través de la ventana. Scrooge cerró la ventana y se fue a la cama temblando, y se durmió. Al siguiente día cuando el reloj marcó la una, Scrooge vio una extraña criatura al costado de su cama.

Scrooge – ¿Quién eres?

Espíritu de la Navidad Pasada – Soy el Espíritu de la Navidad Pasada. Sal de la cama y acompáñame.

Narrador – El espíritu llevó a Scrooge a través del tiempo hasta un pequeño pueblo que Scrooge empezó a recordar. Recordó las casas, la iglesia, el río, el puente, y la gente.

Espíritu de la Navidad Pasada – Ellos no pueden vernos ni oirnos. Sólo son sombras del pasado.

Scrooge – Mira, la escuela no està vacía. Hay un niño pequeño, solo, olvidado por sus amigos. Lo conozco, pobre niño.

Espíritu de la Navidad Pasada – Ahora vamos a ver otra Navidad.
Narrador – Entonces llegaron a una casa.

Scrooge – Esta casa me resulta conocida. Oh, esta es mi casa, donde me crié.
Espíritu de la Navidad Pasada – Sí lo es. ¿Y reconoces a ese niño pequeño sentado allí leyendo solo?

Scrooge – Soy yo, de niño. Pero… ¿por qué estoy… por qué está solo?
Espíritu de la Navidad Pasada – Tú debes saber la respuesta.

Scrooge – Porque mis padres estaban trabajando, por eso siempre estaba solo. Por eso mis Navidades eran tan tristes y solitarias.

Espíritu de la Navidad Pasada – Ven, toma mi mano, no tenemos mucho tiempo.
Scrooge – ¡No, ya he visto suficiente, véte! !No me tortures! [continuará].
—————-
[1] http://www.cuentosparachicos.com/ESP/teatro/Scrooge1.htm
[2] Charles Dickens; OBRAS COMPLETAS, Tomo I, p. 1265: Editora Aguilar, Madrid, España, 1960. l

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas